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Plasticas y escultura

El hombre que convirtió su caminata por la Cordillera en obras de arte

Un dibujo en el Aconcagua. Parte de la obra de Long consiste en intervenir lugares naturales y fotografiarlos.

  • Mercedes Pérez Bergliaffa

 

El artista inglés Richard Long expone por primera vez en Buenos Aires Durante 18 días, el artista recorrió a solas los Andes mendocinos. Allí vio, sintió, dejó huellas y sacó fotos.

 

Impacta ver al histórico artista inglés Richard Long trabajar concentrado en sus obras como un monje ermitaño a pocos metros del microcentro porteño, en medio de las salas del Faena Arts Center. Y quizás verdaderamente lo sea: en el ostentoso edificio, Long acomoda –modesta y silenciosamente–, sus cortezas de pino misionero sobre el piso, le echa una mirada rápida al gran mural de barro (creado con tierra del Delta de Tigre, pintado sin pinceles, directamente con las manos), relee los textos que escribió, observa sus fotografías. Estas piezas conforman Mendoza walking, la exposición que se expone en el Faena y que fue creada durante dieciocho días de caminata solitaria por los Andes mendocinos. Se trata de la primera vez que el inglés muestra un conjunto de sus obras en Sudamérica (anteriormente había mostrado sólo obras individuales, como la de la Bienal de San Pablo de 1994). Y realmente la exhibición del Faena es para no perdérsela: hay un solo Richard Long, irrepetible y fundante.

Personaje fundamental del land-art –ese tipo de arte que se realiza en medio de la naturaleza, interviniéndola con materiales encontrados allí, también naturales– Long se caracteriza por convertir en obra cierta práctica: la caminata. Es mientras camina en medio de paisajes inmensos y desolados –como el desierto de Gobi, el del Sahara, los valles de Irlanda, las tierras de la tribu Warli en India–, cuando crea sus trabajos. La verdadera obra de arte es, para él, caminar, ir y venir por la misma línea, dar vueltas sobre el mismo círculo, marcar el espacio con ramas, con piedras o con pasos.

La obra es exigirle al cuerpo cierto esfuerzo, comprometerlo. Observar y pensar el entorno. Y esperar a que el paisaje responda.

¿Si tienen algo de ritual estos gestos repetidos? “Sí, tiene que ver con el ritual”, responde Long a Clarín. “Me gusta pensarlo así, y aclarar que no soy un chamán. Soy un artista que hace una obra anónima en un paisaje y allí la deja”.

Hace años Long detalló: “La creación de mi trabajo no está en las formas comunes –círculos, líneas– que uso, sino en los lugares que escojo para colocarlas”.

Lo que ahora puede verse en el Faena es algo así como una serie derecordatorios de las caminatas que realizó en la cordillera, en Mendoza, hace unos días, y de las intervenciones que hizo allí. En la cordillera estuvo solo, con una carpa y una mochila.

Fueron dos semanas por el Aconcagua y tres días por Tupungato. En ese tiempo el artista se desplazó en estado meditativo, caminando en silencio: la práctica requiere repliegue y concentración. “Caminar por la naturaleza despierta muchas sensaciones”, detalla Long. “Soy otra persona después de entrar en contacto con el paisaje. Me cambia. Hay un antes y un después del paisaje. Eso pasó con los Andes”.

El recorrido que el artista fue formando durante esas caminatas, las circunstancias con las que se encontró, los elementos que descubrió, sus pensamientos, el tiempo de elaboración de las obras, el descubrimiento de espacios nuevos, la sensación de libertad y las intervenciones, todo esto constituye la obra. “Una auténtica comprensión de la tierra requiere más que la construcción de objetos”, decía hace algún tiempo el artista. Requiere de “la simplicidad del caminar, la simplicidad de las piedras”.

Ahora en el Faena, vemos gigantes círculos concéntricos de corteza de pino; vemos el mural de barro con reminiscencias precolombinas. Y leemos el texto de Long sobre la pared: “ De la A a la B/ De la suerte al destino/ Del por qué al cómo/ Del vulcanismo a la escultura/ De la simplicidad a las avalanchas/ De la casualidad a las consecuencias” . Entonces el artista menciona su rezo: “Una buena obra es la cosa correcta en el lugar correcto a la hora correcta. Un lugar de cruce”.

http://www.clarin.com/sociedad/hombre-convirtio-caminata-Cordillera-obras_0_1167483320.html

Richard Long, ícono del land art, expone por primera vez en el país

Piedras, barro y madera del Tupungato, el Cordón de Plata andino, la pampa y el río Paraná darán forma a la primera muestra en Argentina del británico Richard Long, creador y emblema del land art, desde el sábado próximo en el Faena Arts Center.El viejo edificio portuario de Aimé Paimé 1169 albergará hasta el 28 de julio “Walking Mendoza”, un site specific que Long diseñó teniendo en cuenta la inmensidad del otrora molino porteño, 630 metros de superficie y 10 de alto, tras caminar durante 14 días por las tierras rocosas de Cuyo, la planicie pampeana y suelo litoraleño sin descanso ni metáforas, de eso tratan 45 años de reconocida creación artística que lo llevó a pie por el mundo.

 

Emb arcado en los últimos ajustes de la exhibición que promete evocar ese contacto íntimo con la naturaleza que acuña toda su obra, Long se llama a sí mismo “artista de su tiempo” y “saltimbanqui”, representante de la generación de  ‘autoestopistas’ del 60 y 70  que recorrió los cinco continentes haciendo arte pobre, minimalista o de la tierra, con el material que hallaba en su camino.

Eso mismo sigue haciendo por estos días en la sala Molinos, donde preparaba “Andes-Paraná”,  un wall work hecho con barro y arcilla de esas regiones; “Pampas Dreaming”, una escultura con maderas del Litoral; un monumental texto que llamó “Poesía” y una selección del land art que produjo a su paso por Cuyo, cautivado por el Aconcagua, la cima más alta de Sudamérica.

“Mi trabajo es sobre aquello de lo que el mundo está hecho, sólo necesito agua y tierra para realizarlo y prefiero los materiales naturales”

Ocurre que el arte de Long se sustenta en el caminar y la huella –el cambio sutil como constante imperturbable, la marca del hombre en el paisaje-, el tiempo como unidad de mesura y la repetición, “una nueva dimensión que surge cuando el viaje se transforma en obra”, dice enfundado en unas sandalias con medias y pantalón al más puro estilo trekking, que contrasta con la madera lustrosa, pana oscura y detalles dorados del restó donde recibe a Télam.

Desde la famosa “A line made by walking”  (una línea hecha de caminar),  foto que registra la recta  que marcó en 1967 yendo y viniendo sobre sus pasos en un campo de Wiltshire; hasta  “Heaven and earth” (cielo y tierra), retrospectiva que en 2009 abría la Tate Gallery con exagramas del I-Ching pintados sobre un muro con lodo; su intervención en el paisaje es cuidadosa, efímera, no busca dominarlo como otros padres fundadores del land art.

«Todo mi trabajo es sobre una marca dejada por alguien que estaba pasando por un lugar», asevera, y ahí están el Kilimanjaro con “la escultura más alta del mundo”, dice con disimulada ironía; la deconstrucción de mil millas que hizo atravesando Irlanda de costa a costa, dejando piedras como hitos en su camino; o los sonidos captados en 22 días de caminata por España, de norte a sur.

Los senderos, círculos, montículos o formas geométricas de roca, hielo o cenizas  que dejó a su paso en lugares tan remotos como Alaska, Mongolia o los Andes bolivianos, no tienen relación con lo ancestral: “Soy un artista moderno -dictamina-, somos parte de la historia y la llevamos en la sangre”.

«Lo que hago es celebrar la naturaleza, aunque soy un animal artístico, no un animal político. La filosofía verde me interesa pero cuando comencé no había movimientos ambientalistas –reseña-; mi interés tiene que ver con las caminatas, andar en bicicleta, la historia del arte y la aproximación al paisaje de Van Gogh”, algo así como un registro emotivo del territorio o un autorretrato fuera de cuadro a través de esas vistas y panorámicas.

“Mi trabajo es sobre aquello de lo que el mundo está hecho, sólo necesito agua y tierra para realizarlo y prefiero los materiales naturales. Las piedras son muy útiles porque puedo encontrarlas en cualquier lugar del planeta”, sintetiza el artista, Premio Turner 1989 nacido en Bristol en 1945, ciudad en la que se crió y vive, a la que retorna tras cada viaje.

“La mejor manera de estar en el mundo –concluye- es caminar a través de él. Camino persiguiendo ideas desde lo placentero -el campo es un placer, las montañas son un placer-, toda mi vida artística representa un punto de vista que he seguido por años. Hice lo mismo en diferentes sitios década tras década: caminata, contemplación, creación. Me llamo sólo artista -viajes, tiempo, barro, pintura-  el denominador común entre todo eso soy yo».

 

http://www.telam.com.ar/notas/201406/68298-richard-long-icono-del-land-art-expone-por-primera-vez-en-el-pais.html

 

Carlos Alonso: Pintor con manos de pueblo

Nació el 4 de febrero de 1929, en Tunuyán, Mendoza. Tunuyán debería celebrar en ese día al arte del departamento. Es pintor, dibujante y grabador, y narrador, y crítico gráfico y coleccionista de emociones. Sus trabajos están ligados a nuestros grandes dolores, pero quién, como Goya, pintó el dolor es porque estaba clamando por la esperanza

Seguramente debe emocionarse cuando escucha “Mañanitas de mi Tunuyán” de Jorge Viñas, porque él anduvo siendo niño por el espacio abierto al universo del Valle de Uco. No mucho, hasta los siete años, pero lo ojos niños suelen sacar fotografías imborrables. Después, sus padres lo emigraron a la ciudad de Mendoza. Siempre anduvo la imagen entre sus manos. Hasta en sus ademanes dibujaba.
Si usted puede acercar sus ojos a una exposición de Carlos, o a la reproducción de algunas de sus obras, no lo dude un instante. Va a encontrar ARTE con mayúscula, un tratamiento de la forma y del color que lo van a sorprender, y relatos pintados, gente que dice, circunstancias que claman, que gritan, que cantan, que, de alguna manera nos pintan a todos. Si usted puede acercarse a este mendocino, seguramente saldrá bulímico de orgullo.

Pequeña biografía
Como queda dicho, nació en Tunuyán. A los catorce años ingresó
a la Academia de Bellas Artes (Gracias señora Academia por
todos los talentos recogidos). entre sus maestros estaban ramón
Gomez Cornet (nada menos), y sergio sergi (nada menos
de nada menos). en 1947 recibió el primer premio en el salón
de estudiantes y en 1953 expuso en las galerías Viau de Buenos
Aires (no cualquiera). Con los pesitos juntados le apuntó a europa.
expuso en París y Madrid. en Londres descubrió el acrílico
que lo acompañó hasta ahora.
en 1951 ganó el primer premio del salón de Pintura de san rafael
(Mendoza), el del salón del norte (santiago del estero) y el
de dibujo en el salón del norte (Tucumán). en 1957 fue el ganador
del concurso convocado por la editorial emecé para ilustrar
la segunda parte de don Quijote de la Mancha yMartín Fierro
(1959), y dos años después obtuvo el Premio Chantal del salón
de Acuarelistas y Grabadores de Buenos Aires. en 1963 se editaron
en laUnión soviética unas tarjetas postales con imágenes
de «el Quijote». Para las ilustraciones eligieron a Gustave doré,
Honoré daumier, Pablo Picasso y Carlos Alonso.
realizó múltiples exposiciones tanto individuales como colectivas
junto a otros artistas tales como Antonio Berni, Pedroni, Cerrito,
Giovanni Bressanini, Monaco, Luis Videla, robirosa, Horst,
etc.
Tras el golpe de estado de 1976 y la desaparición de su hija Paloma
al año siguiente, Alonso se exilió a italia, y en 1979 se trasladó
a Madrid.
dos años después regresó a Argentina, y a partir de ese momento
realizó numerosas exposiciones: en la Galería Palatina de

PINTAR CON EL PENSAMIENTO
Los cuadros de la niñez
La niñez nos marca. Todos lo sabemos. Hay imágenes capturadas por los ojos de niños que jamás nos abandonarán. En los ojos de Carlos, devolvedores de paisajes, muchas veces se pintó el miedo.
“Creo que es una atracción fatal, genética. Primero tengo una formación muy campesina y toda mi imaginería viene un poco de esos años entre los 10 y los 13 o 14, o antes quizás, cuando vivía bien en el campo y, si no vivía, pasaba con mis abuelos los tres meses de las vacaciones. Mis abuelos, que eran sicilianos e hijos de campesinos plantadores de naranjas, tenían una chacra en Tupungato, un rancho que ellos mismos hicieron con paja y barro. Ese es el origen y yo tengo muchos dibujos que provienen de esos terrores infantiles que son muy distintos a los urbanos, tienen otras connotaciones. Los aparecidos, la luz mala, los santones; había toda una imaginería que me tocó mucho y me produjo terrores infantiles. Después, cuando empecé a dibujar recuerdo esa tendencia muy natural a elegir esos momentos medios rotos, trizados, viscerales, momentos que no eran los académicos”
“En cuanto a aquellas escenas de la infancia, para un niño no eran algo tan espantoso; despertaban, más bien, una enorme curiosidad. Ahora soy abuelo por  y veo a mi nieto, que descubre una flor y es como una fiesta; no habla, pero el rostro, los brazos y su expresión reflejan que vio algo asombroso. O cuando le mostramos la luna llena por primera vez. Me miraba como diciendo: “¡Pero te das cuenta, lo que es esto!”. Esa escena lo marcará, o al menos empezará a ser suya, a ser parte de él. Si busco en mi propia raíz, siempre pensé que la injusticia es uno de los motores que me producen necesidad de respuesta. Eso, que no pertenece al plano específico de la pintura, siempre me provocó reacciones que determinaron mi espacio y mi camino”.

Cuando el odio se pintó de verde
Comprometido hasta la médula, el país nunca le pasó al lado, le pasó por el centro. La prepotencia viajaba en Falcon Verde, Carlos estaba en su mira.

“La noche entre el 23 y el 24 de marzo de 1976, nos encontrábamos reunidos en mi taller de la calle Esmeralda Hamlet Lima Quintana, Armando Tejada Gómez y el pintor Enrique Sobisch. Seguíamos por radio los acontecimientos del nuevo golpe de Estado. No imaginábamos esa noche cómo iban a cambiar nuestras vidas. Lo supimos a la mañana siguiente, cuando apareció muerto nuestro entrañable amigo, el editor Alberto Burnichón, que fue secuestrado por un grupo paraolicial junto a su hijo menor. Tiempo después, recogí el testimonio del hijo, que fue trasladado con él en el mimo Ford Falcon. Recordaba que su padre, durante el trayecto, increpaba con furia a los raptores, diciéndoles en la cara que eran unos «cobardes mal nacidos» y unos «sanguinarios asesinos». Les exigía, además, que dejaran en libertad a su hijo, que era menor de edad. Increíblemente, logró que dejaran al pibe en un descampado. Alberto Burnichón fue asesinado esa misma noche y arrojado a un pozo en la localidad de Mendiolaza, provincia de Córdoba. A partir de este crimen supimos cómo sería la muerte que nos estaba destinada por el Proceso.
A los pocos días recibí en mi estudio la visita de dos personajes que, munidos de una carpeta mugrienta, con fotografías de indocumentados, se presentaron como funcionarios de migraciones. Mientras uno me mostraba hoja por hoja la carpeta para que yo reconociera a alguno, el otro husmeaba por mi taller. Luego de haberme informado sobre la falsedad del procedimiento, decidimos con mi familia dejar el estudio e irnos a dormir al departamento que nos facilitó un amigo. Teresa, mi mujer, estaba en el último mes de su embarazo y yo preparaba la muestra «El ganado y lo perdido», que se inauguró en Art Gallery por esos días, con amenaza de bomba y desalojo de la galería incluido. Mi hijo Pablo nació el 12 de abril y un mes después decidimos salir del país. Esa mañana tomamos un taxi hacia el aeropuerto de Ezeiza. En la vereda de Esmeralda y Paraguay, quedó saludándonos, con los brazos en alto, mi hija Paloma”.
Fue la última vez que la vi.
“Yo estuve paralizado bastante tiempo. Ante cosas como esas hay una pérdida de confianza en la humanidad. Un poeta decía «el asesino desequilibra la naturaleza» y es así, desequilibra la propia naturaleza y lo que uno entiende como equilibrio general del comportamiento. Hay un nivel de crueldad, de salvajismo, de canibalismo en los militares que desorganiza la naturaleza y nos desorganiza. Por mucho tiempo. De alguna manera aún no nos curamos. Yo no me curaré más, pero la sociedad todavía no se cura. Todavía está enferma, está herida de ese genocidio. Y será también con el arte que se va a elaborar el remedio. Será a través de enfrentarnos muchas veces con el hecho, de analizarlo, de vivirlo, de sufrirlo, de  reproducirlo, de pintarlo, de escribirlo, de filmarlo”.
“Tragedias donde el corazón nunca se cura. De ahí en adelante el mundo es otro, uno es otro, todo el resto es otro”.

La infección del temor

“Le temo a no poder. Porque es muy difícil saber cuántas reservas tiene uno para enfrentar ese golpe. Esas situaciones límite son verdaderamente tan límite que no se pueden imaginar. Actuás como reacciona todo tu ser en ese momento. Con cobardía, o con valentía o con audacia o con violencia o con parálisis. Es un misterio. Y no frente al deterioro. El deterioro es un deterioro de la calidad que tiene la vida. A mí se me han muerto muchos amigos, entonces mi vida se ha deteriorado enormemente. He perdido diálogos, he perdido poesías, he perdido abrazos, he perdido todos aquellos ojos para los que pintaba”

Paloma sin alas
Paloma tenía vuelo, Paloma tenía estructura de ángel. Un día se la llevaron, los monstruos con charreteras. El corazón de Carlos ya no fue el mismo. Se arrugó de ausencia, comenzó a latir sin sangre. Solo la pintura podía conversar con él. Entonces aparecieron las más hermosas imágenes del horror. La realidad pintada con acrílico y gritos. La pintura de las lágrimas. Paloma militaba en la Juventud Peronista con toda la esperanza puesta en un país más justo, más de todos. Se la llevaron en junio de 1977. Las investigaciones de la Conadep no lograron ubicarla en ningún centro de detención. Carlos viaja hacia el exilio, primero Italia, luego Madrid, pero siempre la Argentina en el pensamiento diario, ese que se miente cercanía. En 1982 no puede más. El país ya había resuelto sacarse la lacra de encima, se asomaba la democracia. Pero Carlos, enamorado de Buenos Aires descubrió otro amor, sin asfalto y sin cemento.

Unquillo
“Cuando volví del exilio, con Teresa, mi mujer, y mi hijo menor, Pablo, Buenos Aires tenía una carga diabólica bastante manifiesta, se había transformado en algo mucho más gris, triste, con gente mucho más desconectada entre sí. Ahí estaban todos los miedos, las reservas, las precauciones que había que tener para los encuentros. Y, además, la sensación de los asesinos caminando por la calle era muy fuerte. Así que pensé que este lugar chiquito, perdido entre las serranías, Unquillo, era apropiado para mascar y elaborar mi propia tragedia personal. Fue una buena elección, me sirvió para recuperar el trabajo, para volver a encontrarme con elementos de la pintura que incluso nunca pensé que me pertenecerían. El paisaje, por ejemplo, que siempre sentí ajeno, resultó una forma de reencontrar salud y elementos de la pintura con vivacidad, encantamiento, sustancia, materia. Unquillo significó fundamentalmente un retiro, un silencio, un sitio pequeño que recupera mi principio campesino, la naturaleza, el manejo de los tiempos, pautas de mi existencia de niño, el momento de sembrar, el momento de cosechar, las no urgencias, se podrá cambiar todo menos los nueve meses de embarazo, decía un poeta”
La persistencia de Paloma
Pero cómo sacarse de encima el horror vivido, la ausencia de ese ser con el que andaba cielos desconocidos. Volver no significa perder el pasado. El pasado es una pintura rupestre que todos los días vuelve a brotar en los frisos de la caverna. Carlos tenía una Paloma de vuelo ausente en el alma, y también en las manos.
“A partir de mi vuelta pensé que era algo que debía hacer, en algún momento. Lo intenté durante años. Creo que al primer dibujo de la serie Manos anónimas lo hice en 1986. La sensación de parálisis era muy profunda. Fue muy difícil sobreponerse, incluso pictóricamente. Sobre todo por esa convicción de que no quería que cambiara de materia ni que se transformara “en un motivo estético”; quería que las circunstancias quedaran como estaban. Como si al pintarla comenzara el olvido. Para mí. Y al mismo tiempo, al menos ésa era mi aspiración, y no digo que lo haya logrado, era como empezar a integrarla a la memoria colectiva. La lucha entre hacerlo y no hacerlo fue importante. Está, además, lo difícil que es tocar esa materia cuando uno está involucrado. A El matadero o a la serie de Lo ganado y lo perdido podía hacerlo como una forma de militancia, de participación, pero esto era de la más profunda intimidad. Los primeros dibujos eran muy pequeños y de ahí fui tratando de crecer, porque a partir de ese momento mi vida tenía sentido si podía reflejar, incorporar a mi trabajo y a la memoria colectiva esas pinturas. Todo lo que hice fueron pequeños estudios, bocetos, y algunos pocos cuadros. Uno de ellos está en La Habana, un tríptico, el único que realmente logré”.
La belleza del horror
Entonces es lógico que la violencia, el horror, se le meta en sus obras, lo viva sangre adentro y pincel afuera. La obra no puede renunciar a su creador, la obras es como su creador. Poco sabemos del Shakespeare cotidiano, si tenía insomnio, si le gustaba cantar, si se emborrachaba con wisky de segunda, pero conocemos su obra, entonces, lo conocemos. Carlos y el dolor, Carlos y la violencia. –
“A pesar mío, diría. Soy todo lo contrario a una persona violenta. Desde pibe era una especie de componedor de relaciones, de diferencias. Ni soy ni fui un tipo violento. Pero la violencia es un sino argentino. Nací en el ’29, con el primer golpe. Yo diría que en mis cuadros la violencia está como forma de reflexión acerca de su capacidad destructora. Hay otro tipo de violencia, más estética; en mi caso apunta más a un exorcismo, a intentar borrarla. Siempre lo sentí así. Y sigue siendo indudable que después de El matadero, de La guerra del malón y del Proceso, seguimos aprendiendo sobre el dolor y la muerte. Siempre vamos detrás. Son las muertes violentas las que de alguna manera producen en la sociedad la necesidad de cambios, las grandes reflexiones y rebeliones”.
¿Puede una pintura que muestre el horror de un asesinato ser una bella pintura? Me veo en el museo del Prado, frente a la obra de los fusilamientos del 3 de mayo de 1808. Me veo durante una hora sin moverme contemplando el cuadro y me escucho decir: ¡Qué maravilla! ¿Es correcto? Si la obra muestra una muerte horrible ¿es correcto que yo me maraville con la obra?

“Pasa que la contradicción está implícita. Es indudable que al tratar la materia el autor tiene un disfrute, un placer. El placer del logro, la realización. En el crecimiento de una obra hay dificultades, tropiezos, fracasos, pero el hecho de poder hacerla confirma la propia capacidad y potencia y ahí hay un disfrute, sin duda. Y en el espectador se produce lo mismo; de pronto el encantamiento de la factura, de la realización de una persona en busca de lo estético, lo bien pintado, puede llevar a alguien a decir “qué magnífico” o “qué bello” sobre una escena que, en realidad, es una tortura de una embarazada. Se produce esta dualidad”.
“Recuerdo un hecho concreto cuando hice la exposición que se llamó Manos anónimas, en Palatina. Yo estaba entre la gente de la muestra y una señora miraba uno de los cuadros de la serie de las mujeres embarazadas cuya panza es pateada por una bota militar, y la mujer decía “Qué maravilla”. ¡¿Qué es la maravilla?! Se refería, seguramente, a la pintura, pero de todas maneras el comentario era un gran equívoco, estaba al borde de un equívoco insostenible. Insostenible para mí mismo. Ese era el conflicto que nunca resolví”.
Rutina de pinceles
.Carlos pinta y expone con una prepotencia de trabajo que asombra. La tarea es la del sembrador, todos los días mirar al cielo, todos los días hacer un surco.
“Trabajo todos los días de nueve a doce. Tengo un taller grande donde despliego las telas. Y abiertas, las telas me piden que avance. Después almuerzo, duermo una buena siesta, y por la tarde dibujo en mi casa, hasta la noche. A veces tengo insomnio, así que sigo dibujando después de cenar, y allí surgen los dibujos más turbios, más eróticos, más nocturnos, los dibujos de sonámbulo. Cambian mucho mis dibujos del día en relación con los de la noche”
Carlos pintado por Carlos
Sus cuadros son admirados hasta el paroxismo. Es requerido por famosas galerías, encumbradas salas, salones internacionales. Tener “un Alonso” es tener una joya, de las buenas, no de esas que se encuentran, por fortuna en la naturaleza, sino de las verdaderas, de las creadas por las manos de un hombre. Pero a veces lo que piensan los otros del artista no es lo que piensa el artista del artista. Un día dijo: “Pinto siempre, pero lo que hago me conforma cada vez menos”

“Bueno, no siempre fue así. Cuando uno tiene treinta años y pinta, todo es la consagración de la vocación. Y eso va mucho más allá del conformismo y el logro; el estar en lo que uno elige, o para lo que uno fue elegido, es un disfrute que va mucho más allá de si está bien o mal, mejor o peor, si se vende o no. Todo es más catártico y menos especulativo. A medida que uno crece ve más, va creciendo también el crítico y surge un grado de “responsabilidad” por el propio trabajo. No sé si eso es sano o no. Y tampoco sé si es mejor esa cierta “irresponsabilidad” que tienen otros autores, que yo admiro. Rómulo Macció es quien mejor ofició este último punto de vista. Porque él pinta. Y como él mismo dice, la pintura resiste. A uno podrá gustarle más un cuadro que otro, pero un autor es eso, no es un profesional que hace sólo cuadros “buenos”, “logrados”, “de museo”. La del pintor es toda una vida de batallas: muchas se pierden, algunas se ganan, otras se empatan. Macció tiene una vitalidad que es superior a lo crítico, al juicio de la historia, al propio juicio, al de la sociedad. Se trata de hechos contundentes que reflejan la experiencia de un pintor frente a la tela. Yo no he logrado ese ideal, no he sido un pintor puro, he estado mucho más contaminado. Para mí el ciudadano era más importante que el pintor”.

Claroscuros
Le he escuchado decir, a aquellos que saben de pintura mucho más, pero mucho más que yo: “Carlos es mucho mejor dibujante que pintor”. “Carlos es un gran pintor que magnifica el dibujo”. Digo yo, con mi ignorancia académica: es un artista total, pleno. Si un artista logra emocionar al espectador al grado que Carlos lo logra, no sólo está transmitiendo belleza, está compartiendo vida, que es otra cosa. Pero la crítica ¿los críticos?, son capaces de analizar con crueldad aquellas obras que ellos nunca podrán hacer.

“Sufrí eso algunos años. Me hostigaron mucho diciendo que era un excelente dibujante pero un pintor malo. Luego están todos los enemigos que derivan de una posición de militante en el Partido Comunista, pero eso no lo sufrí, porque era una elección. Ahora, cuando me echaron del PC (a fines de los ’60), ahí sí sufrí. Porque fue algo totalmente inmerecido. Yo era una persona convencida y fiel, aunque pintaba lo que me salía de los cojones y no lo que me dijeran acá o desde Moscú. Se consideró un delito ideológico que hiciera así esa serie de Spilimbergo: yo lo pinté como lo vi. Me tiraron al tacho de la basura y me excluyeron de una comunidad de pares que había elegido para trabajar y militar, incluso para pintar. Eso fue doloroso. Lo otro no, porque la propia historia del arte enseña cómo son los amores y los odios, los favoritismos y los rechazos. Son tantos los pintores fustigados que luego tuvieron su reconocimiento que uno ya tiene eso asimilado”.

Carlos espectador
Borges decía que era mejor lector que escritor. Creo que tiene que ver con el asombro de la contemplación, uno puede sentirse orgulloso de su obra pero no asombrado. También creo que tiene que ver con el aprendizaje. Cuando uno siente que el colega ha construido una maravilla tiene ganas de que se le peguen en la piel, hilachitas de ella, uno se contagia. Pero creo, en definitiva, que tiene que ver con la humildad, con la certeza incuestionable, de que hay gente que puede hacer las cosas mejor que nosotros.
“Yo disfruto mucho de la pintura de todos los tiempos. Soy un espectador abierto. Disfruto tanto la pintura abstracta como la figurativa, soy bastante ecléctico en eso. Y además están, desde luego, los pintores que yo sigo desde siempre, los pintores carnales como Rembrandt, como Gutiérrez Solanas, como Picasso, como Goya”.
La próxima muestra
Se está gestando, no se sabe dónde se hará o si los cuadros alguna vez serán colgados, pero se está gestando. La obra que más importa es la que haremos mañana. Carlos sale al día a tutuearse con el dolor, con los recuerdos, pero también con la esperanza.  La obra bella de los humanos cuenta con él. Vive en Unquillo, pero sigue cantando por el Valle de Uco: “Mañanitas de mi Tunuyán….

Carlos Alonso
Pintor con manos de pueblo
Por Jorge Sosa
Nació el 4 de febrero de 1929, en Tunuyán, Mendoza. Tunuyán debería celebrar en ese día al arte del departamento. Es pintor, dibujante y grabador, y narrador, y crítico gráfico y coleccionista de emociones. Sus trabajos están ligados a nuestros grandes dolores, pero quién, como Goya, pintó el dolor es porque estaba clamando por la esperanza
Seguramente debe emocionarse cuando escucha “Mañanitas de mi Tunuyán” de Jorge Viñas, porque él anduvo siendo niño por el espacio abierto al universo del Valle de Uco. No mucho, hasta los siete años, pero lo ojos niños suelen sacar fotografías imborrables. Después, sus padres lo emigraron a la ciudad de Mendoza. Siempre anduvo la imagen entre sus manos. Hasta en sus ademanes dibujaba.
Si usted puede acercar sus ojos a una exposición de Carlos, o a la reproducción de algunas de sus obras, no lo dude un instante. Va a encontrar ARTE con mayúscula, un tratamiento de la forma y del color que lo van a sorprender, y relatos pintados, gente que dice, circunstancias que claman, que gritan, que cantan, que, de alguna manera nos pintan a todos. Si usted puede acercarse a este mendocino, seguramente saldrá bulímico de orgullo.

Pequeña biografía  (juan: tipografía más chica)
Como queda dicho, nació en Tunuyán.  A los catorce años ingresó a la Academia de Bellas Artes (Gracias señora Academia por todos los talentos recogidos). Entre sus maestros estaban Ramón Gomez Cornet (nada menos), y Sergio Sergi (nada menos de nada menos). En 1947 recibió el primer premio en el Salón de Estudiantes y en 1953 expuso en las galerías Viau de Buenos Aires (no cualquiera). Con los pesitos juntados le apuntó a Europa. Expuso en París y Madrid. En Londres descubrió el acrílico que lo acompañó hasta ahora.
En HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1951» \o «1951»1951 ganó el primer premio del Salón de Pintura de HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/San_Rafael_(Mendoza)» \o «San Rafael (Mendoza)»San Rafael (Mendoza), el del Salón del Norte (HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_del_Estero_(capital)» \o «Santiago del Estero (capital)»Santiago del Estero) y el de dibujo en el Salón del Norte (HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Tucum%C3%A1n» \o «Tucumán»Tucumán). En HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1957» \o «1957»1957 fue el ganador del concurso convocado por la editorial Emecé para ilustrar la segunda parte de HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Don_Quijote_de_la_Mancha» \o «Don Quijote de la Mancha»Don Quijote de la Mancha yHIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Fierro» \o «Martín Fierro»Martín Fierro (HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1959» \o «1959»1959), y dos años después obtuvo el Premio Chantal del Salón de Acuarelistas y Grabadores de HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Buenos_Aires» \o «Buenos Aires»Buenos Aires. En 1963 se editaron en laHIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_Sovi%C3%A9tica» \o «Unión Soviética»Unión Soviética unas HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Tarjeta_postal» \o «Tarjeta postal»tarjetas postales con imágenes de «El Quijote». Para las ilustraciones eligieron a  HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Gustave_Dor%C3%A9» \o «Gustave Doré» Gustave Doré, HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Honor%C3%A9_Daumier» \o «Honoré Daumier»Honoré Daumier, HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Picasso» \o «Pablo Picasso»Pablo Picasso y Carlos Alonso. Realizó múltiples exposiciones tanto individuales como colectivas junto a otros artistas tales como HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Berni» \o «Antonio Berni»Antonio Berni, Pedroni, Cerrito, Giovanni Bressanini, Monaco, HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Videla» \o «Luis Videla»Luis Videla, Robirosa, Horst, etc.
Tras el HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Golpe_de_Estado» \o «Golpe de Estado»golpe de Estado de HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1976» \o «1976»1976 y la HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Desaparecidos_por_la_dictadura_argentina» \o «Desaparecidos por la dictadura argentina»desaparición de su hija Paloma al año siguiente, Alonso se exilió a Italia, y en HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1979» \o «1979»1979 se trasladó a Madrid.
Dos años después regresó a Argentina, y a partir de ese momento realizó numerosas exposiciones: en la Galería Palatina de Buenos Aires, entre los años HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1982» \o «1982»1982 y HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1996» \o «1996»1996; en el HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Museo_Nacional_de_Bellas_Artes_de_Argentina» \o «Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina»Museo Nacional de Bellas Artes, de HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1990» \o «1990»1990 a HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/1995» \o «1995»1995, y en otras muchas galerías argentinas, como la Zurbarán o la Bariloche.
En los 1990 se le encargaron las pinturas para los paneles centrales en la cúpula del HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_del_Libertador_General_San_Mart%C3%ADn» \o «Teatro del Libertador General San Martín»Teatro del Libertador General San Martín en la importante ciudad argentina de HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Ciudad_de_C%C3%B3rdoba_(Argentina)» \o «Ciudad de Córdoba (Argentina)»Córdoba.
Sus obras se han expuesto en numerosas muestras, entre otras, en la Art Gallery International (Buenos Aires); el Museo Nacional de Bellas Artes (HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9xico» \o «México»México), y el HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Museo_de_Bellas_Artes_(Cuba)» \o «Museo de Bellas Artes (Cuba)»Museo de Arte de La Habana (HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Cuba» \o «Cuba»Cuba), donde realizó una exposición de tapices y collages. En 1971 expuso en las galerías HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Italia» \o «Italia»italianas Giulia de HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Roma» \o «Roma»Roma y Eidos de HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Mil%C3%A1n» \o «Milán»Milán, además de en la Bedford Gallery de Londres.
Ilustró, entre otros libros,” Romancero criollo” de León Benarós; “Antología de Juan”; “El juguete rabioso”, de Roberto Arlt; “El Matadero” de Esteban Echeverría y “La Divina Comedia de Dante Alighieri”.
En el año 2005,en el que la obra de Cervantes cumplía 400 años, el Museo del Dibujo y la Ilustración realizó una muestra homenaje en el HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Museo_Eduardo_S%C3%ADvori&action=edit&redlink=1» \o «Museo Eduardo Sívori (aún no redactado)»Museo Eduardo Sívori de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde fueron expuestos grabados y dibujos originales realizados por Carlos Alonso para ilustrar la obra más significativa del habla hispana.
Alonso ha recibido en dos ocasiones el HIPERVINCULO «http://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Konex» \o «Premio Konex»Premio Konex de Platino (1982 y 1992) como el mejor Dibujante de la década de la Argentina y en 2012 recibió el Premio Konex Mención Especial a la Trayectoria de las Artes Visuales por su trabajo de toda su vida. ,
Se consignan 102 exposiciones individuales y 112 colectivas: su obra recorrió, además de todo el país, las principales capitales americanas y europeas y llegó a Saigón, Tokio y Kioto, entre otras ciudades asiáticas. Cervantes, Viñas, Borges, Neruda, Lugones y José Hernández son algunos de los autores de los 36 libros que ilustró.
Reside, actualmente en Unquillo, Córdoba.

PINTAR CON EL PENSAMIENTO
Los cuadros de la niñez
La niñez nos marca. Todos lo sabemos. Hay imágenes capturadas por los ojos de niños que jamás nos abandonarán. En los ojos de Carlos, devolvedores de paisajes, muchas veces se pintó el miedo.
“Creo que es una atracción fatal, genética. Primero tengo una formación muy campesina y toda mi imaginería viene un poco de esos años entre los 10 y los 13 o 14, o antes quizás, cuando vivía bien en el campo y, si no vivía, pasaba con mis abuelos los tres meses de las vacaciones. Mis abuelos, que eran sicilianos e hijos de campesinos plantadores de naranjas, tenían una chacra en Tupungato, un rancho que ellos mismos hicieron con paja y barro. Ese es el origen y yo tengo muchos dibujos que provienen de esos terrores infantiles que son muy distintos a los urbanos, tienen otras connotaciones. Los aparecidos, la luz mala, los santones; había toda una imaginería que me tocó mucho y me produjo terrores infantiles. Después, cuando empecé a dibujar recuerdo esa tendencia muy natural a elegir esos momentos medios rotos, trizados, viscerales, momentos que no eran los académicos”
“En cuanto a aquellas escenas de la infancia, para un niño no eran algo tan espantoso; despertaban, más bien, una enorme curiosidad. Ahora soy abuelo por  y veo a mi nieto, que descubre una flor y es como una fiesta; no habla, pero el rostro, los brazos y su expresión reflejan que vio algo asombroso. O cuando le mostramos la luna llena por primera vez. Me miraba como diciendo: “¡Pero te das cuenta, lo que es esto!”. Esa escena lo marcará, o al menos empezará a ser suya, a ser parte de él. Si busco en mi propia raíz, siempre pensé que la injusticia es uno de los motores que me producen necesidad de respuesta. Eso, que no pertenece al plano específico de la pintura, siempre me provocó reacciones que determinaron mi espacio y mi camino”.

Cuando el odio se pintó de verde
Comprometido hasta la médula, el país nunca le pasó al lado, le pasó por el centro. La prepotencia viajaba en Falcon Verde, Carlos estaba en su mira.

“La noche entre el 23 y el 24 de marzo de 1976, nos encontrábamos reunidos en mi taller de la calle Esmeralda Hamlet Lima Quintana, Armando Tejada Gómez y el pintor Enrique Sobisch. Seguíamos por radio los acontecimientos del nuevo golpe de Estado. No imaginábamos esa noche cómo iban a cambiar nuestras vidas. Lo supimos a la mañana siguiente, cuando apareció muerto nuestro entrañable amigo, el editor Alberto Burnichón, que fue secuestrado por un grupo paraolicial junto a su hijo menor. Tiempo después, recogí el testimonio del hijo, que fue trasladado con él en el mimo Ford Falcon. Recordaba que su padre, durante el trayecto, increpaba con furia a los raptores, diciéndoles en la cara que eran unos «cobardes mal nacidos» y unos «sanguinarios asesinos». Les exigía, además, que dejaran en libertad a su hijo, que era menor de edad. Increíblemente, logró que dejaran al pibe en un descampado. Alberto Burnichón fue asesinado esa misma noche y arrojado a un pozo en la localidad de Mendiolaza, provincia de Córdoba. A partir de este crimen supimos cómo sería la muerte que nos estaba destinada por el Proceso.
A los pocos días recibí en mi estudio la visita de dos personajes que, munidos de una carpeta mugrienta, con fotografías de indocumentados, se presentaron como funcionarios de migraciones. Mientras uno me mostraba hoja por hoja la carpeta para que yo reconociera a alguno, el otro husmeaba por mi taller. Luego de haberme informado sobre la falsedad del procedimiento, decidimos con mi familia dejar el estudio e irnos a dormir al departamento que nos facilitó un amigo. Teresa, mi mujer, estaba en el último mes de su embarazo y yo preparaba la muestra «El ganado y lo perdido», que se inauguró en Art Gallery por esos días, con amenaza de bomba y desalojo de la galería incluido. Mi hijo Pablo nació el 12 de abril y un mes después decidimos salir del país. Esa mañana tomamos un taxi hacia el aeropuerto de Ezeiza. En la vereda de Esmeralda y Paraguay, quedó saludándonos, con los brazos en alto, mi hija Paloma”.
Fue la última vez que la vi.
“Yo estuve paralizado bastante tiempo. Ante cosas como esas hay una pérdida de confianza en la humanidad. Un poeta decía «el asesino desequilibra la naturaleza» y es así, desequilibra la propia naturaleza y lo que uno entiende como equilibrio general del comportamiento. Hay un nivel de crueldad, de salvajismo, de canibalismo en los militares que desorganiza la naturaleza y nos desorganiza. Por mucho tiempo. De alguna manera aún no nos curamos. Yo no me curaré más, pero la sociedad todavía no se cura. Todavía está enferma, está herida de ese genocidio. Y será también con el arte que se va a elaborar el remedio. Será a través de enfrentarnos muchas veces con el hecho, de analizarlo, de vivirlo, de sufrirlo, de  reproducirlo, de pintarlo, de escribirlo, de filmarlo”.
“Tragedias donde el corazón nunca se cura. De ahí en adelante el mundo es otro, uno es otro, todo el resto es otro”.

La infección del temor

“Le temo a no poder. Porque es muy difícil saber cuántas reservas tiene uno para enfrentar ese golpe. Esas situaciones límite son verdaderamente tan límite que no se pueden imaginar. Actuás como reacciona todo tu ser en ese momento. Con cobardía, o con valentía o con audacia o con violencia o con parálisis. Es un misterio. Y no frente al deterioro. El deterioro es un deterioro de la calidad que tiene la vida. A mí se me han muerto muchos amigos, entonces mi vida se ha deteriorado enormemente. He perdido diálogos, he perdido poesías, he perdido abrazos, he perdido todos aquellos ojos para los que pintaba”

Paloma sin alas
Paloma tenía vuelo, Paloma tenía estructura de ángel. Un día se la llevaron, los monstruos con charreteras. El corazón de Carlos ya no fue el mismo. Se arrugó de ausencia, comenzó a latir sin sangre. Solo la pintura podía conversar con él. Entonces aparecieron las más hermosas imágenes del horror. La realidad pintada con acrílico y gritos. La pintura de las lágrimas. Paloma militaba en la Juventud Peronista con toda la esperanza puesta en un país más justo, más de todos. Se la llevaron en junio de 1977. Las investigaciones de la Conadep no lograron ubicarla en ningún centro de detención. Carlos viaja hacia el exilio, primero Italia, luego Madrid, pero siempre la Argentina en el pensamiento diario, ese que se miente cercanía. En 1982 no puede más. El país ya había resuelto sacarse la lacra de encima, se asomaba la democracia. Pero Carlos, enamorado de Buenos Aires descubrió otro amor, sin asfalto y sin cemento.

Unquillo
“Cuando volví del exilio, con Teresa, mi mujer, y mi hijo menor, Pablo, Buenos Aires tenía una carga diabólica bastante manifiesta, se había transformado en algo mucho más gris, triste, con gente mucho más desconectada entre sí. Ahí estaban todos los miedos, las reservas, las precauciones que había que tener para los encuentros. Y, además, la sensación de los asesinos caminando por la calle era muy fuerte. Así que pensé que este lugar chiquito, perdido entre las serranías, Unquillo, era apropiado para mascar y elaborar mi propia tragedia personal. Fue una buena elección, me sirvió para recuperar el trabajo, para volver a encontrarme con elementos de la pintura que incluso nunca pensé que me pertenecerían. El paisaje, por ejemplo, que siempre sentí ajeno, resultó una forma de reencontrar salud y elementos de la pintura con vivacidad, encantamiento, sustancia, materia. Unquillo significó fundamentalmente un retiro, un silencio, un sitio pequeño que recupera mi principio campesino, la naturaleza, el manejo de los tiempos, pautas de mi existencia de niño, el momento de sembrar, el momento de cosechar, las no urgencias, se podrá cambiar todo menos los nueve meses de embarazo, decía un poeta”
La persistencia de Paloma
Pero cómo sacarse de encima el horror vivido, la ausencia de ese ser con el que andaba cielos desconocidos. Volver no significa perder el pasado. El pasado es una pintura rupestre que todos los días vuelve a brotar en los frisos de la caverna. Carlos tenía una Paloma de vuelo ausente en el alma, y también en las manos.
“A partir de mi vuelta pensé que era algo que debía hacer, en algún momento. Lo intenté durante años. Creo que al primer dibujo de la serie Manos anónimas lo hice en 1986. La sensación de parálisis era muy profunda. Fue muy difícil sobreponerse, incluso pictóricamente. Sobre todo por esa convicción de que no quería que cambiara de materia ni que se transformara “en un motivo estético”; quería que las circunstancias quedaran como estaban. Como si al pintarla comenzara el olvido. Para mí. Y al mismo tiempo, al menos ésa era mi aspiración, y no digo que lo haya logrado, era como empezar a integrarla a la memoria colectiva. La lucha entre hacerlo y no hacerlo fue importante. Está, además, lo difícil que es tocar esa materia cuando uno está involucrado. A El matadero o a la serie de Lo ganado y lo perdido podía hacerlo como una forma de militancia, de participación, pero esto era de la más profunda intimidad. Los primeros dibujos eran muy pequeños y de ahí fui tratando de crecer, porque a partir de ese momento mi vida tenía sentido si podía reflejar, incorporar a mi trabajo y a la memoria colectiva esas pinturas. Todo lo que hice fueron pequeños estudios, bocetos, y algunos pocos cuadros. Uno de ellos está en La Habana, un tríptico, el único que realmente logré”.
La belleza del horror
Entonces es lógico que la violencia, el horror, se le meta en sus obras, lo viva sangre adentro y pincel afuera. La obra no puede renunciar a su creador, la obras es como su creador. Poco sabemos del Shakespeare cotidiano, si tenía insomnio, si le gustaba cantar, si se emborrachaba con wisky de segunda, pero conocemos su obra, entonces, lo conocemos. Carlos y el dolor, Carlos y la violencia. –
“A pesar mío, diría. Soy todo lo contrario a una persona violenta. Desde pibe era una especie de componedor de relaciones, de diferencias. Ni soy ni fui un tipo violento. Pero la violencia es un sino argentino. Nací en el ’29, con el primer golpe. Yo diría que en mis cuadros la violencia está como forma de reflexión acerca de su capacidad destructora. Hay otro tipo de violencia, más estética; en mi caso apunta más a un exorcismo, a intentar borrarla. Siempre lo sentí así. Y sigue siendo indudable que después de El matadero, de La guerra del malón y del Proceso, seguimos aprendiendo sobre el dolor y la muerte. Siempre vamos detrás. Son las muertes violentas las que de alguna manera producen en la sociedad la necesidad de cambios, las grandes reflexiones y rebeliones”.
¿Puede una pintura que muestre el horror de un asesinato ser una bella pintura? Me veo en el museo del Prado, frente a la obra de los fusilamientos del 3 de mayo de 1808. Me veo durante una hora sin moverme contemplando el cuadro y me escucho decir: ¡Qué maravilla! ¿Es correcto? Si la obra muestra una muerte horrible ¿es correcto que yo me maraville con la obra?

“Pasa que la contradicción está implícita. Es indudable que al tratar la materia el autor tiene un disfrute, un placer. El placer del logro, la realización. En el crecimiento de una obra hay dificultades, tropiezos, fracasos, pero el hecho de poder hacerla confirma la propia capacidad y potencia y ahí hay un disfrute, sin duda. Y en el espectador se produce lo mismo; de pronto el encantamiento de la factura, de la realización de una persona en busca de lo estético, lo bien pintado, puede llevar a alguien a decir “qué magnífico” o “qué bello” sobre una escena que, en realidad, es una tortura de una embarazada. Se produce esta dualidad”.
“Recuerdo un hecho concreto cuando hice la exposición que se llamó Manos anónimas, en Palatina. Yo estaba entre la gente de la muestra y una señora miraba uno de los cuadros de la serie de las mujeres embarazadas cuya panza es pateada por una bota militar, y la mujer decía “Qué maravilla”. ¡¿Qué es la maravilla?! Se refería, seguramente, a la pintura, pero de todas maneras el comentario era un gran equívoco, estaba al borde de un equívoco insostenible. Insostenible para mí mismo. Ese era el conflicto que nunca resolví”.
Rutina de pinceles
.Carlos pinta y expone con una prepotencia de trabajo que asombra. La tarea es la del sembrador, todos los días mirar al cielo, todos los días hacer un surco.
“Trabajo todos los días de nueve a doce. Tengo un taller grande donde despliego las telas. Y abiertas, las telas me piden que avance. Después almuerzo, duermo una buena siesta, y por la tarde dibujo en mi casa, hasta la noche. A veces tengo insomnio, así que sigo dibujando después de cenar, y allí surgen los dibujos más turbios, más eróticos, más nocturnos, los dibujos de sonámbulo. Cambian mucho mis dibujos del día en relación con los de la noche”
Carlos pintado por Carlos
Sus cuadros son admirados hasta el paroxismo. Es requerido por famosas galerías, encumbradas salas, salones internacionales. Tener “un Alonso” es tener una joya, de las buenas, no de esas que se encuentran, por fortuna en la naturaleza, sino de las verdaderas, de las creadas por las manos de un hombre. Pero a veces lo que piensan los otros del artista no es lo que piensa el artista del artista. Un día dijo: “Pinto siempre, pero lo que hago me conforma cada vez menos”

“Bueno, no siempre fue así. Cuando uno tiene treinta años y pinta, todo es la consagración de la vocación. Y eso va mucho más allá del conformismo y el logro; el estar en lo que uno elige, o para lo que uno fue elegido, es un disfrute que va mucho más allá de si está bien o mal, mejor o peor, si se vende o no. Todo es más catártico y menos especulativo. A medida que uno crece ve más, va creciendo también el crítico y surge un grado de “responsabilidad” por el propio trabajo. No sé si eso es sano o no. Y tampoco sé si es mejor esa cierta “irresponsabilidad” que tienen otros autores, que yo admiro. Rómulo Macció es quien mejor ofició este último punto de vista. Porque él pinta. Y como él mismo dice, la pintura resiste. A uno podrá gustarle más un cuadro que otro, pero un autor es eso, no es un profesional que hace sólo cuadros “buenos”, “logrados”, “de museo”. La del pintor es toda una vida de batallas: muchas se pierden, algunas se ganan, otras se empatan. Macció tiene una vitalidad que es superior a lo crítico, al juicio de la historia, al propio juicio, al de la sociedad. Se trata de hechos contundentes que reflejan la experiencia de un pintor frente a la tela. Yo no he logrado ese ideal, no he sido un pintor puro, he estado mucho más contaminado. Para mí el ciudadano era más importante que el pintor”.

Claroscuros
Le he escuchado decir, a aquellos que saben de pintura mucho más, pero mucho más que yo: “Carlos es mucho mejor dibujante que pintor”. “Carlos es un gran pintor que magnifica el dibujo”. Digo yo, con mi ignorancia académica: es un artista total, pleno. Si un artista logra emocionar al espectador al grado que Carlos lo logra, no sólo está transmitiendo belleza, está compartiendo vida, que es otra cosa. Pero la crítica ¿los críticos?, son capaces de analizar con crueldad aquellas obras que ellos nunca podrán hacer.

“Sufrí eso algunos años. Me hostigaron mucho diciendo que era un excelente dibujante pero un pintor malo. Luego están todos los enemigos que derivan de una posición de militante en el Partido Comunista, pero eso no lo sufrí, porque era una elección. Ahora, cuando me echaron del PC (a fines de los ’60), ahí sí sufrí. Porque fue algo totalmente inmerecido. Yo era una persona convencida y fiel, aunque pintaba lo que me salía de los cojones y no lo que me dijeran acá o desde Moscú. Se consideró un delito ideológico que hiciera así esa serie de Spilimbergo: yo lo pinté como lo vi. Me tiraron al tacho de la basura y me excluyeron de una comunidad de pares que había elegido para trabajar y militar, incluso para pintar. Eso fue doloroso. Lo otro no, porque la propia historia del arte enseña cómo son los amores y los odios, los favoritismos y los rechazos. Son tantos los pintores fustigados que luego tuvieron su reconocimiento que uno ya tiene eso asimilado”.

Carlos espectador
Borges decía que era mejor lector que escritor. Creo que tiene que ver con el asombro de la contemplación, uno puede sentirse orgulloso de su obra pero no asombrado. También creo que tiene que ver con el aprendizaje. Cuando uno siente que el colega ha construido una maravilla tiene ganas de que se le peguen en la piel, hilachitas de ella, uno se contagia. Pero creo, en definitiva, que tiene que ver con la humildad, con la certeza incuestionable, de que hay gente que puede hacer las cosas mejor que nosotros.
“Yo disfruto mucho de la pintura de todos los tiempos. Soy un espectador abierto. Disfruto tanto la pintura abstracta como la figurativa, soy bastante ecléctico en eso. Y además están, desde luego, los pintores que yo sigo desde siempre, los pintores carnales como Rembrandt, como Gutiérrez Solanas, como Picasso, como Goya”.
La próxima muestra
Se está gestando, no se sabe dónde se hará o si los cuadros alguna vez serán colgados, pero se está gestando. La obra que más importa es la que haremos mañana. Carlos sale al día a tutuearse con el dolor, con los recuerdos, pero también con la esperanza.  La obra bella de los humanos cuenta con él. Vive en Unquillo, pero sigue cantando por el Valle de Uco: “Mañanitas de mi Tunuyán….

http://www.jornadaonline.com/Mendocinos Famosos/107594

Las historias de los artistas mendocinos «prohibidos» por la dictadura

Las historias de los artistas mendocinos

Carlos Alonso, José Bermúdez, Leonardo Favio, Armando Tejada Gómez, Luis Politti y Edgardo Suárez figuraban en «listas negras» por sus presuntos «antecedentes ideológicos marxistas».

El Ministerio de Defensa reveló detalles de los originales de las actas de la última dictadura militar encontrados en el subsuelo del Edificio Cóndor que dan cuenta de los criterios y la metodología utilizada por el régimen para la elaboración de las llamadas «listas negras».

En este sentido, destacó que «es falso» que las llamadas «listas negras» hayan tenido sólo incidencia «en la contratación dentro de organismos estatales» dado que, entre los hallazgos, se cuenta una disposición que dice que «corresponde aclarar que los medios privados de comunicación social no tienen ninguna limitación al respecto».

«En la práctica, esto no funcionaba así: ningún medio de comunicación privado se animaba a contratar a alguien señalado como ‘Fórmula 4’ por la dictadura», sostuvo la cartera de Defensa en un comunicado de prensa en el que dio a conocer pormenores de la documentación encontrada en la sede de la Fuerza Aérea.

Allí, se destacan las precisiones en cuanto a los criterios para la clasificación de las personas utilizados en el marco del ejercicio del terrorismo de Estado, que eran catalogadas según el grado de su supuesta vinculación con la ideología marxista.

De este modo, en sus disposiciones, la Junta Militar detallaba cuatro «fórmulas» para catalogar a las personas, que partían desde la 1, «sin antecedentes ideológicos marxistas», y llegaban hasta la 4, «registra antecedentes ideológicos marxistas que hacen aconsejable su no ingreso y/o permanencia en la administración pública, no se le proporcione colaboración, sea auspiciado por el Estado, etc.».

En este sentido, la cartera encabezada por Agustín Rossi consignó que, dentro de las aproximadamente 1.500 unidades de conservación encontradas, hay un bibliorato que específicamente se encarga de analizar a los «Fórmula 4», grupo que incluía a intelectuales, periodistas, artistas y comunicadores que, según la Junta Militar, supuestamente revestían el mayor nivel de peligrosidad.

Los mendocinos en la «lista negra»

En la lista hay varios mendocinos: Carlos Alonso, José Bermúdez, Leonardo Favio, Armando Tejada Gómez, Luis Politti y Edgardo Suárez.

– Carlos Alonso. Artista plástico nacido en Tunuyán el 4 de febrero de 1929. Ha recibido en dos ocasiones el Premio Konex de Platino (1982 y 1992) como el mejor Dibujante de la década de la Argentina y en 2012 recibió el Premio Konex Mención Especial a la Trayectoria de las Artes Visuales por su trabajo de toda su vida. Tras el golpe de Estado de 1976 y la desaparición de su hija Paloma al año siguiente, Alonso se exilió a Italia, y en 1979 se trasladó a Madrid. Dos años después regresó a Argentina.

– Armando Tejada Gómez. Nació el 21 de abril de 1929 y fue una de las máximas figuras del folklore argentino. Daniel Talquenca, quien solía componer con al autor de Canción con todos, relató hace algunos años en una entrevista que «no se le podía tocar (a Tejada Gómez) ni una coma ni un punto en sus letras. Pero cuando tuvimos que grabar en plena dictadura Milonga de pocas pulga, nos vimos en la obligación de cambiar una palabra para que el tema no fuera censurado». Y agregó que, en 1976, los militares le dieron vuelta la casa en busca de Tejada Gómez.

Fue perseguido en la última etapa del gobierno peronista y no pudo seguir trabajando como locutor. Tembién se prohibió mencionar su nombre cuando se emitían sus canciones. «Cuando la dictadura última, cuando los genocidas no nos dejaron vivir y yo estaba prohibido, tenía prohibido todo mi país», recordó Tejada Gómez en una de sus últimas entrevistas. Falleció el 3 de noviembre de 1992, en Buenos Aires.

– Leonardo Favio. Nació en Las Catitas (Santa Rosa) el 28 de mayo de 1938. Fue productor y director cinematográfico, guionista, compositor, cantante y actor. En 1976 dejó Argentina, exiliado, y regresó recién en 1987.

Se incorporó al peronismo desde muy joven. «Yo no soy un director peronista, pero soy un peronista que hago cine y eso en algún momento se nota», dijo en alguna oportunidad.

El cantautor argentino Orlando Netti, una de las personas del círculo más íntimo de Favio, relató un momento intenso que compartió junto a él. «Por su identificación desde siempre con el peronismo, Leonardo estaba perseguido por la dictadura y una noche se había salvado de que un grupo comando lo llevara de la casa de sus suegros en Gonnet, La Plata, porque circunstancialmente se había quedado a dormir en su oficina de Palermo. Desde ese hecho oscuro y miserable, se ocultó en nuestra casa, durmiendo en mi dormitorio durante algunos meses sin que nadie supiera su paradero hasta que mi viejo pudo recuperar su pasaporte, que le habían retenido, y así poder salir del país rumbo a México, en una primera instancia, y a Colombia posteriormente, donde después se radicó».

Luego de estar varias semanas internado, Favio falleció de neumonía en una clínica de Buenos Aires, el 5 de noviembre de 2012.

Luis Politti. Nació en Mendoza el 8 de abril de 1933 y falleció en Madrid el 14 de julio de 1980. Fue un actor de teatro, cine y televisión.

Inició su carrera actoral en su país y la continuó a partir de 1976 en condición de exiliado en México y España, donde falleció prematuramente a causa de una hepatitis. Por su actuación en la película «Los gauchos judíos» recibió el Premio al Mejor Actor de 1975 otorgado por la Prensa Latina de Nueva York.

Su nombre figuraba en las listas negras del gobierno militar que había tomado el poder el 24 de marzo de1976 y se le prohibía trabajar en cine, teatro o televisión.

El lunes 21 de junio de 1976 fue detenido y trasladado a la Superintendencia de Seguridad Federal. Durante treinta y seis horas permanece con los ojos vendados, encerrado en un calabozo e interrogado en varias oportunidades sobre su participación en la película «Los traidores» de Raymundo Gleyzer, en la que su papel duraba exactamente dos minutos. Aunque no fue sometido a torturas físicas, sufrió maltratos verbales, amenazas de fusilamiento y manoseos.

Fue liberado el martes 22 y el el jueves 24 de junio de 1976, Politti abandonó el país con destino a México.

– José Bermúdez. Artista plástico que nació en San Rafael el 23 de julio de 1923. En 1946 egresó de la Academia Provincial de Bellas Artes con el título de profesor de Dibujo y Pintura. «Fui un tiempito profesor de la Academia Provincial de Bellas Artes, pero no alcancé a dar muchas clases porque la dictadura me separó del cargo. Después de esas experiencias me las arreglé con mi trabajo y no busqué más empleo afuera», comentó en una entrevista.

– Edgardo Suarez. Uno de los más recordados locutores mendocinos. Su vida está vinculada profesionalmente a Leonardo Favio. En una entrevista sobre El romance del Aniceto y la Francisca, el director dijo: «Fui a Mendoza a buscar lugares, y conocí al Negro Edgardo Suárez, que era locutor. Me acompañó a hablar con el intendente para conseguir una grúa. Yo lo miraba y me daba cuenta de que él era el compadre Renato. Lo contraté, lo traje a Buenos Aires y ya se quedó a vivir acá. Lo metí a trabajar con Romay en Radio Libertad».

http://elsolonline.com/noticias/ver/1311/187809/las-historias-de-los-artistas-mendocinos-prohibidos-por-la-dictadura-

San Carlos rescata a través del arte la historia de los mapuches

MUJER MAPUCHE. EN LA IMAGEN DE LA IZQUIERDA, CECILIA NIEVAS EN PLENA TAREA DE PINTAR UN SAUCE CAÍDO. A LA DERECHA, LA OBRA YA ESTÁ TERMINADA. “DESPIERTA MAPUCHE” ES LA INSCRIPCIÓN CON QUE SE DISTINGUE ESTE TRABAJO QUE SE PUEDE VER EN EL PARAJE CONOCIDO COMO PASO DE LAS CARRETAS, SOBRE LA RUTA 143 EN EL DEPARTAMENTO DE SAN CARLOS. ES PARTE DEL PROYECTO CON QUE SE PROCURA PRESERVAR ESPACIOS PÚBLICOS A TRAVÉS DEL ARTE Y CON EL RESCATE DE HISTORIAS DE LA ZONA.

Fuente: Alejandra Adi / Diario UNO

Por Alejandra Adi
adi.alejandra@diariouno.net.ar

Luego del llamado a silencio por 120 años del pueblo mapuche, según sus descendientes, es la Madre Tierra la que empieza a hablar ahora. Por eso hoy en San Carlos se rescata una tradición que no se remite sólo a la historia más cercana en el tiempo, sino que busca reivindicar sus orígenes como una de las tierras ancestrales mapuches.

“Estamos empezando a cumplir algunos mandatos de nuestros ancestros y empezamos acá con el arte. Tenemos la necesidad de reivindicar nuestra identidad”, contó Carlos Farías, un descendiente mapuche oriundo de Pareditas, lugar en el que ya luce una de las primeras intervenciones artísticas con las que se busca preservar lugares públicos con valor patrimonial.

“Queremos rescatar y reescribir la historia de cada lugar. Tenemos algunas historias mal contadas u olvidadas, como la de la comunidad mapuche en nuestra tierra, y no Huarpe, como muchos creen”, explicó Ricardo Funes, director de Turismo de la Comuna, sobre la primera acción cultural promovida en Pareditas.

En el pintoresco paraje de la Ruta 143, conocido como Paso de las Carretas, está simbolizada la figura de la mujer mapuche en un sauce caído, pintada por la muralista Cecilia Nievas, con la inscripción “Despierta mapuche”. Este es uno de los espacios públicos que buscan recuperarse en el departamento para mostrar la historia del lugar y para que, principalmente, la conozcan los mismos sancarlinos.

“Desde que iniciamos el proyecto, hace unos meses, el intendente –Jorge Difonso– nos motivó principalmente a crear concientización histórica en los vecinos. Para que conozcan, reflexionen sobre el valor de algunos lugares, los cuiden y después, recién, que sea un atractivo para los de afuera”, explicó Funes.

El viejo ferrocarril de Eugenio Bustos, la vieja Ruta 40 y el puente de hierro que da acceso a Campo Los Andes son algunos de los escenarios que se ha proyectado preservar.

El programa de intervención artística en San Carlos nació de varias rondas de consultas realizadas durante 2012 en distintos parajes y distritos, así como de las necesidades expuestas en un foro de identidad turística. Allí, los mismos vecinos y referentes zonales coincidieron en la necesidad de recuperar, por ejemplo, la historia de la nación mapuche como parte de la historia del territorio valletano.

El objetivo se ha visto plasmado en distintas acciones. El día en el que realizaron este primer mural, la comunidad sancarlina pudo compartir desde primeras horas de la mañana un evento deportivo en familia, disfrutar del show del grupo Grasa e moto y concluir la jornada con un trekking nocturno hacia una emblemática roca, donde representaron alrededor del fuego una ceremonia ancestral.

http://www.diariouno.com.ar/mendoza/San-Carlos-rescata-a-traves-del-arte-la-historia-de-los-mapuches-20131027-0060.html

Una nueva muestra de arte engalana el Valle de Uco

Se trata de la flamante exposición trimestral de Killka – Espacio Salentein, de los artistas Carlos Escoriza, Laura Mavers y Bernardo Ezcurra. En la nota, los detalles y las fotos.

El pasado sábado 14 de Septiembre, a las 12 hs, se llevó a cabo en Killka- Espacio Salentein, la inauguración de la muestra de los artistas  Bernardo Ezcurra ( Bs As) y de los mendocinos Carlos Escoriza y Laura Mavers.

Más de 150 personas asistieron a una jornada de arte, vino, naturaleza y gastronomía de primer nivel. El  prestigioso trío Bruno- Dalla Torre- Casciani,  sobresalió con  un repertorio de excelente jazz   y electro-tango que acompañó cálidamente una día en que la Cordillera de los Andes amaneció totalmente nevada.

El cocktail estuvo a cargo de Federico Quinteros,  Chef Ejecutivo de Killka,  quien, junto a su notable equipo,  elaboraron un menú regional – gourmet para los asistentes.

La curaduría de la muestra estuvo a cargo de Sara Garcia Uriburu y la dirección artística a cargo de Anabel Simionato, Gerente de Arte de Bodegas Salentein.

Sobre la muestra

Desde el domingo 15 de septiembre y hasta el domingo 24 de noviembre de 2013, podrá visitarse en Galería Killka de Bodegas Salentein, esta exposición colectiva.

Se trata de una exposición de pinturas y dibujos, en mediano y gran formato,  de tres talentosos artistas cuyas particulares miradas sobre la realidad toman sinergia al encontrarse dialogando entre sí.

La muestra podrá visitarse de martes a domingos, y lunes feriados,  de 10 a 18 en Killka- Espacio Salentein (Ruta 89 Km 14, Los Árboles, Tunuyán, Mendoza).

Curaduría: Sara Garcia Uriburu/ Dirección artística: Anabel Simionato/ Coordinación artística: Valeria Señorans/ Labor museográfica: Sofía Jacky y Mariano García.

Para reservas y/o consultas, por favor dirigirse a: arte@killkasalentein.com o al 02622-429523/27

Acerca de los artistas

Bernardo Ezcurra nació en Buenos Aires el 29 de Octubre de 1960. En 1988 egresó de la carrera de Arquitectura y Urbanismo en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Durante sus estudios universitarios realizó numerosos talleres de arte con reconocidos artistas.

Entre 1988 y 1990 realizó un Curso de Restauración del Patrimonio Arquitectónico en Venecia, especializándose en la elaboración del Estuco Marmóreo., realizando luego la restauración de los Estucos de Mármol del Foyer del Teatro Colón y la restauración de los Estucos de la Sede de la Embajada de Brasil en Buenos Aires.

Ha realizado cinco participaciones en Casa Foa, donde recibió la medalla de oro al paisajismo por la realización de una fuente con estas terminaciones, en el Hipódromo de Palermo. Desde el año 2000 hasta 2004, asistió al Taller de dibujo y pintura del Arquitecto Félix Rodríguez Eleazar.

 Carlos Escoriza nació en Mendoza en 1976, inició sus estudios en Artes muy temprano a los 11 años en el Centro Polivalente de arte de San Rafael. Luego estudió arte dramático en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo.

En 2005 fue invitado por la galería Opus Gallery para exhibir sus obras en Cleveland Ohio, Estados Unidos. En 2010 y 2011 obtuvo la Beca del Fondo Nacional de las Artes para estudiar con Esteban Alvarez, Aldo Tornavacio y Roberto Echen.

Integra el colectivo artístico Nicola Tourett junto con Sebastian Barrera. Actualmente vive y trabaja en su taller ubicado en Bermejo, en la provincia de Mendoza, donde gestiona un espacio de arte contemporáneo experimental.

Laura Mavers  nació en Mendoza, en 1977. Pintora y dibujante de estilo figurativo se formó en la Universidad Nacional de Córdoba como Licenciada en Pintura y como Diseñadora Gráfica en el Instituto Superior de Diseño Kandinsky.

Desde 1999 ha participado de numerosas muestras individuales y colectivas, como así también de Ferias Nacionales y de carácter Internacional como “Feria Arte Córdoba” en las Ediciones 1999 y 2000, “Arte BA” 2004, “Feria Arte Clásica” Ediciones 2006 y 2007. En 2008 vivió en México DF y en Barcelona, España, donde  dictó clases dentro del ámbito privado (Centro de Arte Diseño y Joyería CADJ –México DF)  y de forma particular. Actual rd Ilustradora de la Agencia Luisan.net de Madrid en España y  Docente Ayudante de la carrera de Cerámica en la UNCuyo.

http://www.mdzol.com/nota/490076-una-nueva-muestra-de-arte-engalana-el-valle-de-uco/

Juguetes sorprendentes

El artista Jorge Crowe crea juguetes sonoros y, con ellos, propicia un show que abre la noche invencible. Además, el próximo lunes y martes, Crowe dictará un Taller de electrónica lídica en laFacultad de Artes y Diseño de la UNCuyo, donde se trabaja con residuos electrónicos.

Crowe nació en Tunuyán, es Licenciado en Artes Plásticas (UNCuyo). Realizó un Posgrado en Electrónica aplicada a las Artes (IUna). Se especializa en electrónica para aplicaciones artísticas, creativas y educativas. Desde 2008 dirige el Laboratorio de Juguete, espacio de difusión y enseñanza de tecnologías abiertas con fines creativos.

Es integrante del proyecto Flexible (arte & tecnología para la infancia), es profesor en la Licenciatura y Maestría en Artes Electrónicas (Untref) y en el Programa de Posgrado en Teatro de Objetos, Interactividad y Nuevos Medios (IUNA). Ideó y desarrolló los contenidos para el programa de TV Los Hacecosas, actualmente al aire en la señal Paka Paka.

Ha expuesto y realizado conferencias, talleres y performances en diversas ciudades de la Argentina, América (Montevideo, San Pablo, Río de Janeiro, Santiago de Chile, La Paz, Nueva York) y Europa (Bergen).

http://www.losandes.com.ar/notas/2013/9/7/juguetes-sorprendentes-736766.asp

Presente en una muestra colectiva en Killka

Hasta el domingo 31 de agosto podrá visitarse en Galería Killka de Bodegas Salentein, la  exposición colectiva de los artistas Martín Villalonga, Luisa González, Jeannette von Gerstenberg y Nico Godoy.

Se trata de una muestra ecléctica de pinturas con narraciones diversas, cuyos autores provienen de contextos y formaciones disímiles. La misma podrá visitarse de martes a domingos y lunes feriados,  de 10 a 18 en Ruta 89 Km 14, Los Árboles, Tunuyán.

Acerca de los otros artistas

Luisa González nació en Buenos Aires, donde vive y trabaja. Se formó junto a maestros como Cristina Dartiguelongue, Susana Malenchini, Estela Pereda y Pablo Suárez. En 2001 ganó el Premio Honorífico, II Bienal Nacional de Pintura, Gran Premio Galería de las Naciones, Buenos Aires. En 2007 obtuvo una mención en el II Salón Nacional de Dibujo y Pintura.

En 2010 ganó el Premio de Pintura Benito Quinquela Martín del Salón Nacional. En 2012 fue premiada con una Mención en el Salón Municipal Manuel Belgrano. Sus obras están en colecciones privadas y museos de la Argentina y otras partes del mundo.

Jeannette von Gerstenberg nació en Buenos Aires en 1956. En 1985 egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. El mismo año viajó a Nueva York, donde residió hasta 1987 para perfeccionar su técnica en los talleres de dibujo del Art Students League. En su trayectoria como artista pasó de la figuración a la abstracción.

En 2010 tomó contacto con el Centro Argentino de Arte Textil (CAAT) y participó en los concursos de arte textil, que permitían la experimentación con diferentes materiales. Así descubrió su lugar en la  abstracción, inspirada también en los viajes que realizó.

Nico Godoy nació en Mendoza, en 1981. Principalmente autodidacta, desde 1999 instaló su taller y comenzó pintura con su referente, el artista mendocino Orlando Pardo.

A fines del  2008 viajó a Barcelona, España, donde residió por un año y realizó cursos de Historia del Arte y Restauración. En el 2009 regresó a Mendoza y fundó, junto a otros artistas, el Club Cultural Chacras.

A partir del 2011 comenzó estudios de Escultura y de Grabado.
Su obra integra colecciones privadas de Argentina, España y Estados Unidos.

http://www.losandes.com.ar/notas/2013/6/22/presente-muestra-colectiva-killka-721942.asp

Eduardo Hoffman: un artista mendocino que cotiza en Nueva York

Participará hoy de una subasta en la célebre casa de arte de Park Avenue junto a León Ferrari; ambos son los únicos argentinos invitados.

Es un otoño excepcional para el arte contemporáneo en Nueva York, la capital del mundo. Las dos mayores casas de subastas han logrado vender por 787 millones de dólares. Y tanto en Sotheby´s como en Christie’s aseguran que estos resultados nunca antes se habían conseguido. Una escultura de acero del artista del momento, Jeff Koons, llegó a venderse por 33,7 millones de dólares en Christie´s, hace menos de una semana. Otro de los grandes nombres de este otoño es el del americano Mark Rothko, mientras que Andy Warhol sigue imponiendo su obra. Una pintura abstracta del primero llegó a ser comprada en 75,1 millones dólares, el mismo día casi glorioso para Christie´s, con un balance de ventas durante la tarde de 412,24 millones de dólares.

La directora de la sección de Arte Contemporáneo, Brett Gorvy, dio la bienvenida en la última subasta, afirmando que “esta tarde se estableció un nuevo récord para las ventas de arte contemporáneo y de posguerra. En lo últimos seis años, Christie ha dominado este mercado: primero vendiendo por 200 millones, luego por 300, y ahora hemos superado los 400 millones de dólares”, dijo, feliz.

En este contexto, y bajo estos mismos vientos, el artista mendocino Eduardo Hoffmann ha vuelto a Nueva York, una vez más, para ser parte de la Phillips de Pury & Company Auction, Latin America, una subasta que comenzará hoy, desde las 18 horas de Argentina. Eduardo Hoffmann y León Ferrari son los únicos dos artistas argentinos que han sido invitados por esta casa de arte, en mérito a sus obras y a su puesta en valor en el mercado global. Entre un lote de casi 200 obras, la del mendocino tiene una base de 30 mil dólares. La suya es una obra fechada en 2012, con medidas de 220 x 180 cm (sin título). Entre los artífices de esta nueva incursión del artista por Nueva York hay que citar a Henry Allsopp y Laura González, directora de Catálogo de Arte Contemporáneo de América Latina para Phillips de Pury & Company.

Hoffmann es un asiduo artista de subastas en Nueva York. La primera participación sucedió en Sotheby’s, en octubre de 2009. Y por entonces el estimado de su obra osciló entre los 5.440 y 8.160 euros. Luego se transformó en el primer artista latinoamericano en vender una obra a precio récord en una subasta de Nueva York, en 46.875 dólares.

Aquí y allá

El 2012 de Eduardo Hoffmann lo ha llevado antes a la Gran Manzana, ya que también participó de otra subasta en Sotheby’s. Otro de los destinos del año fue Londres, para una muestra en “Koopman Contemporary Art”. También pasó por ArteBA, de la mano de Isabel Anchorena, y ha tenido tiempo para exponer en el Museo Amalia Lacroze de Fortabat (Fundación Germinare) y en el Centro Porsche Málaga (España). Y al mismo tiempo, Eduardo “pintacuadros” Hoffmann participa del proyecto “Hualtallary Luxury Vineyards”, aquí en Mendoza, una construcción fuera de tiempo y lugar, de cara al Cordón del Plata, en el Valle de Uco.

En agosto pasado, en Buenos Aires, una importante casa de remates ofrecía al mercado del arte una pintura de Hoffmann (fechada en 2009), con un estimado de 70 a 90 mil pesos, casi el doble de lo que podía adquirirse, allí mismo, un retrato firmado por el maestro Antonio Berni.

Más latinos

La otra gran subasta de arte latinoamericano, que también comienza hoy y se prolongará hasta mañana, es la que anuncia Christie´s con obras del mexicano Diego Rivera (1886 – 1957) y del colombiano Fernando Botero (1932). Ambas sesiones comprenden 300 lotes y esperan que las ventas realizadas superen los 20 millones de dólares.

Los otros famosos artistas latinoamericanos que participan allí con obras son los siguientes: el brasileño Cándido Portinari (1903 – 1962) con su óleo “Lampiao y María Bonita” de 1947 (con base de U$S 150.000) y el nicaragüense Armando Morales (1927 – 2011), que arranca su cotización en los U$S 350.000.

Mauricio Runno- Eespecial para Estilo

http://www.losandes.com.ar/notas/2012/11/20/eduardo-hoffman-artista-mendocino-cotiza-nueva-york-680834.asp

El arte como medio, la luz como fin

El artista plástico Marcello Mortarotti regresó a la provincia para presentar su último trabajo, inspirado en la Cordillera y el desdoblamiento del espacio. Pinturas, fotografías y el recorrido de un hombre que dejó Mendoza siendo un joven en busca de experiencias y ahora regresa a rendirle homenaje a su pueblo y sus paisajes.

Andrea Calderón – Especial para Cultura

Durante la entrevista, Marcello Mortarotti definirá al arte más de una vez y en dosis generosas. Lo hará con la sencillez del hombre común y con el intelecto de quien levanta palabras con un sentido profundo.

En esa mirada que indaga hacia adentro, que descubre subsuelos de poesía y terrazas de color, el artista se suspende en un vuelo de ideas tan dulces como reveladoras. Dirá que el arte es el legado del futuro para acabar con la violencia y que aunque reconozca en esta convicción una utopía, los artistas se nutren de ellas, como las abejas del néctar y él de sus horas de escapismo visual y baile de mapas.

Nacido en Mendoza y criado en los entretelones de la Cordillera, Marcello entendió de joven que la distancia y el movimiento serían un ejercicio necesario en el desarrollo de su obra. A los 22 probó suerte en Milán y comenzó sus estudios en cinematografía, pasión que materializó en tres películas. Y va por más.

Un día no cualquiera de 1989 dio luz a la que sería su primera creación de arte: La casa empaquetada. Desde entonces, los sueños tomaron forma y cobraron vida en experimentos de percepción de la realidad a través de la fotografía, la pintura, la escultura y la práctica audiovisual.

Es sábado, y la mañana es una cadena de nubes y aire frío, de ese que enrojece las narices. Los viñedos quedan atrás en el espejo retrovisor, hasta que aparecen otros nuevos. En ese recreo de imágenes, la música y el paisaje andino juegan con la copa y el arte.

Marcello llega a Killka a tiempo. También lo hace el artista Diego Stigliano, ambos protagonistas de la más reciente muestra del espacio de Bodegas Salentein. En ese clima de Malbec y obras que lo embellecen todo, Mortarotti le pone el sombrero a su cosechero, una de las obras que expone en homenaje a los artesanos del vino.

Rendir homenaje es el leit motiv de esta muestra que lo trae a Mendoza; a la Cordillera, como unidad geográfica de hermandad latinoamericana; a los cosechadores y su trabajo; a los gauchos: “En especial al viejo Vergara, un baqueano de Punta de Vacas que le salvó la vida a muchas personas perdidas en la montaña. Otra fuente de inspiración fue el Puente del Inca, un lugar icónico de la provincia, un chorro de vida caliente que tiene gran historia por la leyenda”, dice sobre el sillón blanco, con la mirada vuelta hacia el Valle de Uco. En este “santuario del arte”, como él lo llama, el tiempo y la curvatura del espacio se superponen con la vida humana y el universo.

“El clima es un tema que me interesa. Está buena la evolución, los avances, todo, pero tenemos que ir en busca del equilibrio. Estas fotos son testimonios del paso del tiempo. No es el tiempo el que pasa, sino nosotros los que pasamos a través de él. El tiempo va deformando la realidad”, sostiene. Glaciares, témpanos, materia viva, hombre trabajando, paisaje mutando, hombre que partió a otra dimensión, paisaje milenario.

-¿Por qué te fuiste de Mendoza siendo tan joven?

-Tenía la necesidad de irme, pero quería hacerlo con cierta conciencia del arte. Antes de esa evidencia, de que el arte produce algo muy fuerte en el interior de las personas, tomé clases de dibujo con Ramiro Quesada en el atelier de Luis, su papá. Ese lugar fue como entrar a un espacio del Renacimiento. Verlo a Luis Quesada haciendo joyas, pinturas, esculturas y grabados fue como una universidad en poco tiempo.

Después tuve el honor de que escribiera un catálogo para una exposición que hice en Mendoza junto a Sergio Roggerone. En Milán establecí contacto con italianos del arte povera (pobre), que utilizaban materiales al alcance de la mano para dotarlos de sentido, algo que resultó fundamental en el desarrollo de mi trabajo. La distancia es aprendizaje, produce dificultades y eso te lleva a despertar instintos que te hacen avanzar, además de vivir otras culturas.

-¿Y después de Milán que vino?

-Estuve en Nueva York siete años y fue increíble. Esa ciudad propone un ritmo y una dinámica tan veloces que es difícil de explicar. Ahí las culturas se mezclan rápidamente y el hecho de conocer artistas chinos, europeos o cubanos fue esencial para mí. Mi estudio es andar de viaje en el tiempo e intento que ese tiempo tenga poesía.

-¿Cómo definís tu arte?

-(Silencio) Mi arte se define en la búsqueda de la luz para transmutar la energía en evolución. La mirada interior es cada vez mayor porque entiendo al espacio como inabarcable, entonces lo único abarcable es lo que nos pasa. Yo voy tras la búsqueda de emociones, de sensibilidad. Creo que el arte es reflexión.

-¿Qué lugar ocupa la técnica en tu obra?

-Creo que los artistas debemos desarrollar nuestra propia técnica y que si bien no es lo más importante, es una parte fundamental para que la obra se revele a sí misma. En mi caso he desarrollado algunas técnicas que he patentado, como el fotolumina, que sirve para dar luz a determinadas situaciones. Los materiales distinguen al artista y yo uso mucho los de Mendoza, después está la parte conceptual y todo eso viaja en los espectadores. La obra no lo es todo, es un disparador que el público completa.

Reflexión en clave sintética también en el cine, lenguaje con el que se siente a gusto. Marcello va por su tercera película, que alterna entre tanta exposición y obra de arte dando vueltas. Nueva York en auto, París en motocicleta y Venecia en lancha han sido lugares del despertar en movimiento, como en el caso de “Noticias ciegas”, que plantea una hora de navegación por la ciudad de los canales contra cuatro en Internet. En breve planea darle “play” al cruce de los Andes.

Hace diez años volvió a la Argentina y se radicó en Buenos Aires, aunque en verano elige pasar tiempo en Mendoza.

“Regresé por la familia y los afectos, que tiran cada vez más. Cuando recorro lo Cordillera pienso en lo lindo que sería construir en la montaña, en la luz especial que tiene este lugar, en la austeridad y la cultura del trabajo, en la naturaleza y en estos emprendimientos que le abren lugar al arte. Creo que otras bodegas están copiando el modelo de Killka y que eso impulsa a los organismos estatales a tener una mayor responsabilidad con sus artistas. El arte es representativo. Por citar un ejemplo, Bilbao pasó de tener 3.000 visitantes al año a 2.000.000 sólo por un museo, símbolo de la revitalización de la ciudad”, explica.

El estudio de Once en el que trabaja es un antiguo edificio fabril ahora poblado por más de 40 artistas, que además de crear, comparten sus experiencias.

“A veces estoy tras la búsqueda de cosas y de pronto la magia sucede. Yo estoy siempre al acecho pero no podría hacerlo sin la ayuda de esas personas que te simplifican, aportan o dicen algo de tu obra que no entendías y que al mismo tiempo la elevan”, dice Mortarotti.

http://www.losandes.com.ar/notas/2012/6/30/arte-como-medio-como-651649.asp

 

Hasta el 26 de agosto continúa abierta la muestra de Marcello Mortarotti y Diego Stigliano en Killka – Espacio Salentein (Ruta 89 s/n, Los Arboles, Tunuyán).

La exposición, bajo la curaduría de Sara García Uriburu y la coordinación artística de Anabel Simionato, puede visitarse de martes a domingos, de 10 a 18.

En el caso de Stigliano, un artista imperdible, nació en Buenos Aires en 1970 y desde hace cinco años reside en Mendoza. Influenciado por el underground skater, la ilustración humorística, el comic y la ciencia ficción, sus trabajos despliegan personajes dementes y alienados en un sistema social fallido donde la filosofía punk y la comida chatarra invaden la urbe y la pintan de colores.

Para más información: arte@killkasalentein.com

http://www.losandes.com.ar/notas/2012/6/30/valle-arte-651650.asp

Carlos Alonso: el centro de congresos y exposiciones olvidado en el Valle de Uco

El soñado Centro de Congresos y Exposiciones Carlos Alonso, en Tunuyán, sigue esperando ser compartido en pleno por los vecinos de una de las localidades más importantes del Valle de Uco. A pesar de haber entusiasmado a más de uno, hoy la obra yace a la espera de que se finalicen sus instalaciones, para poder mostrar “con altura”, la cultura de uno de los valles más pródigos de Mendoza.

 

A fines de noviembre de 2005 se inauguró la sala del complejo para congresos y exposiciones, bautizada en 2010 como “Carlos Alonso” en homenaje al célebre y destacado artista tunuyanino.

Si bien dejó el pueblo de niño, su huella profunda quedó flotando entre la gente, que tuvo aquel día la oportunidad de homenajear en vida, y en casa a su hijo pródigo.

Entró sonriente y cansado después de colgar con el personal municipal sus enormes y pesadas obras de arte, su barba y canas denotaron el tiempo transcurrido dándole un halo de maestro griego. Repartió saludos y recibió en el brindis innumerables muestras de afecto y cariño del público presente. Estuvo realmente feliz, su actividad no fue en vano, reconocido en el mundo por su compromiso con la humanidad y la democracia plasmada en sus telas, “el gran Carlos” sentía que el círculo vital se cerró aquel año con la imposición de su nombre a una sala del lugar donde nació.

Su actividad sirvió para que un espacio físico contuviera las necesidades culturales de una comunidad que crece día a día. Por ello es que el personal municipal destacado se dedicó con esmero y sacrificios para llevar adelante la incipiente tarea de “alojar” el arte: de a poco, los tunuyaninos fueron descubriendo la importancia de tener una sala de exposiciones que refleje y muestre lo que saben hacer los lugareños, que además sirve para homenajes, egresos, brindis, reuniones, conferencias, charlas, prácticas de baile, capacitaciones, entre otras actividades.

Sin embargo, hoy el soñado espacio cultural espera ansioso que lo terminen, quiere salir de su estancamiento, pretende mostrar su cara rezagada, quiere dejar de ser una “estatua de hierros” para brindar mas y mejores servicios culturales, como el “cine” que no tiene hace tanto tiempo la ciudad enclavada en el valle de las altura, a la vera del río que orgulloso lleva su nombre.

El “Carlos Alonso” espera, no sabe por qué se detuvo su construcción, pero sí quiere que lo continúen para “servir” como su primer día. Ya dejó su semilla, ahora quiere dar sus frutos, para que los vecinos lo disfruten.

NOTA: En el día del periodista, Hernán Meza, un periodista de Tunuyán, quien se desempeña en el mismo Centro de Congresos y Exposiciones Carlos Alonso como responsable de prensa, visitó la redacción de MDZ y escribió la presente nota que contribuyó a la edición del día de la fecha en este diario digital.

Link permanente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/392066

Agenda de muestras y expos

Elma Bertona y Gilda Miralles. Las artistas plásticas exponen sus obras. En La Casa del Contratista (Almirante Brown 1761, Chacras de Coria).

Pre BAI 2010. Exposición de las pinturas de Gabriela Mosches, y fotografías de Jimena Fernández. En el espacio Modigliani (Alem 41).

Sobre Algunos Realismos. Fotografías de: Mauricio Waisman, Silvana Valdivia, Rodrigo Etem, María José Rodríguez, Juampi Ávila y Cristian Martínez. En el espacio de arte de la UTN (Rodríguez 273). Visitas lunes a sábado de 9 a 21.

Elba Miranda. Expone sus nuevas obras. En el INV (San Martín 430). Hasta el 1 de julio.

Verónica Anastasi y Agustín Herrera. Los artistas exponen sus pinturas y cerámicas. En el espacio Almacenar (Tucumán 198).

Identidad y procesos creativos. Muestra en la que el Movimiento Esencialista presenta obras de 54 artistas de Argentina y América Latina, junto a exposiciones de destacados artistas locales. En el ECA (9 de Julio y Gutiérrez). Hasta el 2 de julio.

Mendoevo. Técnicas y estilos medievales. Serie de obras llevadas a cabo por los alumnos de la cátedra de Historia del Arte Medieval de la Facultad de Artes y Diseño de la UN Cuyo. En el espacio de arte de la Alianza Francesa (Chile 1754). Hasta el 8 de julio.

Vivian Levinson, Pablo Curutchet y Enrique Manzano. Los artistas exponen su obra. En el Museo Municipal de Arte Moderno (subsuelo de la plaza Independencia). Gratis. Hasta el 10 de julio.

Año 519 D.C. (Después de la Conquista). Muestra Fotográfica de Daniel Rodríguez Musri y Hernán Paz. Instalación de Kena Acosta y Juan Corneli. En Radio Nacional (Emilio Civit 460). Hasta el 15 de julio.

Guaymallén estalla. Muestra en el marco del 153° Aniversario del departamento. En la sala de arte Libertad (Paseo Libertad 466, Guaymallén).

El Arte de la Prehistoria. Diseños Rupestres. Muestra de fotografías e imágenes digitales de Laura Hart. En el Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú, Casa de Fader (San Martín 3651, Luján de Cuyo). Hasta el 17 de julio.

Mujeres de la Patria. Nueva muestra de la artista plástica Ruth Hansen. En el salón cultural Seguros Rivadavia (José Vicente Zapata 349).

Guillermo Ricattieri. Exposición de 25 esculturas del artista. En La bolsa de comercio de San Rafael (Pellegrini 120). Hasta el 21 de julio.

Susana Neila. Exponen sus pinturas. En el ACA (San Martín 973). Hasta el  26 de julio.

Antonio Sarelli. Exposición de las obras del artista mendocino. En bodega Dante Robino (Callejón Maldonado 240, Perdriel, Luján de Cuyo). Hasta el 13 de agosto.

Así se cayó, así quedó y así se levantó: a 150 años del terremoto de 1861. Muestra de imágenes de la ciudad en ruinas y elementos arqueológicos recuperados en el Área Fundacional. Museo del Área Fundacional (plaza Pedro del Castillo).

Cielos, cerros, caminos. Nueva muestra del artista mendocino Carlos Alonso. En el espacio Killka de la bodega Salentein (Ruta 89 s/n, Los árboles, Tunuyán). Hasta el 31 de agosto.

Pasión esencial. Muestra del artista Luis Broitman, constituida de Treinta obras construidas con elementos del reino vegetal y mineral. En la Secretaría de Cultura (España y Gutiérrez ).

http://www.losandes.com.ar/notas/2011/7/2/agenda-muestras-expos-577920.asp

Alonso distinguido en el Fader

Alonso distinguido en el FaderSe le entregó la declaratoria de Interés Cultural a la muestra que expone en Killka y se encontró con entrañables amigos y colegas locales.

miércoles, 22 de junio de 2011

El Museo Emiliano Guiñazú-Casa de Fader fue escenario, ayer al mediodía, de un encuentro inolvidable entre el gran pintor mendocino Carlos Alonso y otros grandes de las artes plásticas en Mendoza en un agasajo donde también se le entregó la declaratoria de Interés Cultural de la Provincia a la muestra “Cielos, cerros, caminos” que viene exponiendo desde el pasado 18 en el Espacio Killka de la bodega Salentein, en Tunuyán.

Considerado como uno de los máximos exponentes del arte contemporáneo y reconocido nacional e internacionalmente, el pintor se reunió con otros grandes de la pintura local, amigos entrañables como Roberto Rosas, José Bermúdez, Orlando Pardo, Antonio Sarelli y Elio Ortiz.

En el evento desarrollado en el museo lujanino estuvo presente, además, el gabinete de Cultura de la Provincia, presidido por el profesor Ricardo Scollo, quien declaró formalmente de Interés Cultural a la muestra «Cielos, cerros, caminos», con motivo de la cual Alonso visita por estos días nuestra provincia.

http://www.losandes.com.ar/notas/2011/6/22/alonso-distinguido-fader-575939.asp

Carlos Alonso: «Alguna vez pensé no pintar nunca más»

Por segunda vez, el gran plástico mendocino expone en su tierra natal, Tunuyán. Se lo vio entero pese a una reciente pérdida familiar y al violento asalto que sufrió en su casa de Córdoba

Miguel Títiro – mtitiro@losandes.com.ar

Un acontecimiento cultural, de esos que se inscriben luego en los anuarios, resultó la presentación de la colección «Cielos-Cerros-Caminos», del maestro mendocino de la pintura Carlos Alonso (82). La muestra se inauguró ayer al mediodía en Killka, el espacio de arte de la bodega Salentein, a los pies de la precordillera de Tunuyán.

Alonso, digno, sereno y con una palabra de profundo contenido, se presentó con su esposa Teresa Echeverría y su hijo Pablo (35), dando ánimo a los presentes, justo él que acaba de ser asaltado violentamente en su casa de Unquillo (Córdoba) y, tras cartón, haber perdido a su hermano Antulio, fallecido hace pocos días en Buenos Aires.

Con voz calma y muy audible dijo de entrada que las obras -29 acrílicos de gran tamaño-, no habían sido expuestas antes y que su creación es de la década pasada. «Están frescas todavía y de alguna manera son, lo que llamo, el renacer de las cenizas, porque son el primer intento de escapar de un período, oscuro y doloroso de mi vida, cuando alguna vez pensé que no iba a pintar nunca más», explicó.

En esta serie no hay escenas de dolor, miseria humana e injusticia como en otras telas, y sí bellísimos paisajes, del norte argentino y del Valle de Uco. «¿Por qué», se le preguntó. «Cuando uno comprueba un genocidio, de inhumanidad, no sólo se pone en tela de juicio a ese grupo sino que se cuestionan los valores humanos en general. Por eso, al mirar estos cuadros, no puedo creer haber recuperado un grado de inocencia y poder seguir festejando la vida. Estoy muy feliz de haber pintado estos cuadros y haber vuelto a la naturaleza».

También contó que estas pinturas le hacen acordar «cuando salíamos a pintar, detrás del Cerro de La Gloria, con otros muchachos, a los 20 años, con el deseo de fijar un instante, con naturalidad y frescura».

Luego aclararía que «esos muchachos» eran, entre otros, «Elio Mirrado, Corvalán, Moscatelli, Irene Pepa, la chica D’Elía, todos estudiantes de la Academia de Bellas Artes».

Además recordó la influencia que tuvo el Valle de Uco en su formación plástica. «Este paisaje lo viví de niño. Mis abuelos eran contratistas en una finca en Bombal (Tupungato), sembraban papa, y yo pasaba las vacaciones en su rancho; el paisaje se me fue incorporando, todavía no tenía la pintura como profesión pero sí como impulso. Quizás uno primero tiene el ojo del pintor y poco a poco va adquiriendo la mano», graficó con la habilidad del dibujante.

Después caminó a través de los generosos ambientes de Killka, acompañado por la curadora de la bodega, Sara García Uriburu, brindando precisiones sobre los cuadros, todos llamativos y coloridos, especialmente «Los Álamos», ubicado junto a una leyenda con la firma estampada de Alonso en la pared, donde el eximio dibujante escribió: «Sigamos pintando y que se enciendan nuestros carbones, que no se licúen nuestras acuarelas, que sean sabrosos nuestros pasteles, que no se atemperen nuestras témperas y que sean nuestros óleos, para poder pintar un día un cuadro que sea nuestro y también de todos».

El acto fue breve y decidor. El secretario de Cultura, de la Provincia, Ricardo Scollo, le anunció que el Gobierno declaraba de Interés Cultural la exposición, gesto que agradeció el creador.

Cerca, Mabel Ruiz, la directora del museo Fader, imaginaba qué magnífico sería poder ceder el Museo Provincial al gran plástico, como ocurrió en 1991, recordando que fue Julio Castillo, amistad entrañable del tunuyanino, uno de los artífices de ese suceso.

Pesadillas

Su esposa Teresa confirmó que su estado de ánimo es bueno pese al vejatorio asalto de encapuchados en su casa. «De día se ilumina», graficó la compañera, pero admitió que «de noche, el violento episodio convive con él».

Confesó que todos los cuadros robados tenían gran valor afectivo para él, sobre todo un retrato de Eneas Spilimbergo, uno de sus maestros, que refleja el rostro de una chica de Unquillo.

Pablo, el hijo, discreto y callado, dedicado a la gastronomía en la capital de Córdoba, confesó su emoción «cuando papá inaugura una muestra».

El joven pintor correntino Gustavo Mendoza (31) tuvo el honor de ofrecer su producción en salones contiguos y de compartir un almuerzo con el notable plástico mendocino. «La experiencia fue como haber realizado un doctorado acelerado en arte, por lo que aprendí al escucharlo en la comida», dijo el artista litoraleño.

Como epílogo de la jornada, la gente de Killka dio una sorpresa al artista: un recital del ex Markama Juan Lázaro Méndolas, quien conoció a Alonso en la década del ’60. El músico deleitó a todos con música andina y cuyana, incluyendo en el repertorio «La Tupungatina», «Cochero e’ plaza» y un chamamé, además de presentar un raro instrumento ecuatoriano llamado dulzeína.

http://www.losandes.com.ar/notas/2011/6/19/carlos-alonso-alguna-pense-pintar-nunca-mas-575456.asp

Carlos Alonso, el gran maestro mendocino llega a Killka

Uno de los pintores más importantes de la Argentina, el tunuyanino Carlos Alonso, llega con su muestra “Cielos-Cerros-Caminos”, al espacio cultural de Salentein, en el oeste de Tunuyán. La inauguración oficial será mañana sábado, a partir de las 12.30. Exhibirá una serie inédita de paisajes del noreste argentino, de Córdoba y de Mendoza.

Uno de los acontecimientos culturales del año se llevará a cabo mañana sábado, a partir de las 12.30, cuando sea inaugurada la muestra “Cielos-Cerros-Caminos”, del gran maestro mendocino Carlos Alonso, quien, desde hace mucho tiempo, reside en Unquillo, Córdoba.
El maestro expondrá nuevos cuadros y el sitio elegido es Killka – Espacio Salentein, donde la muestra permanecerá hasta el 31 de agosto

El acontecimiento –desde lo artístico y cultural– aparece como imperdible, pues claramente se trata no sólo de un mendocino consagrado que hace mucho no llegaba a la provincia con una muestra inédita, sino que también es uno de los pintores argentinos más afamados en el mundo.

La muestra llega a Mendoza, con la curaduría de Sara Garcí Uriburu y, según informan desde Killka, “presenta una serie inédita de paisajes del noroeste argentino, la ciudad cordobesa de Unquillo y Mendoza”.

 

La muestra de Alonso podrá visitarse de martes a domingo, de 10 a 18, desde su apertura y hasta el 31 de agosto, inclusive. Está previsto que las escuelas puedan participar de visitas guiadas.

Según se ha asegurado, la obra consta de acrílicos y acuarelas “realizados entre los años 2006 y 2009, reflejan la riqueza de coloridos y diversidad de biomas, puna, altas montañas, valles fértiles, quebradas y sierras de estas regiones de nuestro país”, cuentan desde Cultura de la provincia.

Quién es Carlos Alonso

 

Nació  en Tunuyán, Mendoza en 1929.
1944. Ingresa en la Academia de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Cuyo.
1950. Parte a Tucumán y es parte del grupo formado en torno a la figura de Spilimbergo.
1953. Realiza su primera exposición en Buenos Aires.
1968. Viaja a Florencia y realiza las ilustraciones de La Divina Comedia, de Dante Alighieri.
1976. Golpe de estado en Argentina, se exilia en Roma y luego en Madrid.
1981. Regresa a Argentina.
1982. Se instala en Unquillo, Sierras de Córdoba, hasta la actualidad.

 

 

Su obra ha recorrido museos y galerías de Bogotá, Panamá, Estocolmo, Milán, Caracas, Londres, Nueva York, Roma, Bologna, Madrid, México, Río de Janeiro, París, Venecia, Tokio, Kyoto, Viena, Berna, Berlín, Munich, Valencia, La Habana, Washington, entre otros sitios.
Algunos Premios:
1957: Primer premio del concurso para ilustrar la segunda parte de Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra.
1965: Primer mención de Dibujo del premio Braque
1982: Kónex de Platino en dibujo.
1984: Orozco-Rivera-Siqueiros en la primera Bienal de La Habana, presenta la obra Manos Anónimas.
1992: Kónex de platino en dibujo.
2004: Fondo Nacional de las Artes a la trayectoria.

 

CARLOS ALONSO EXPONE EN MENDOZA, SU TIERRA NATAL

El maestro de la pintura contemporánea, Carlos Alonso, inaugura el 18 de junio una muestra en su tierra natal, Tunuyán (Mendoza), con una serie inédita de paisajes del noroeste, de cuyo y de Unquillo, lugar donde reside actualmente.

«Cielos-Cerros-Caminos» es el nombre de esta exposición que cuenta con la curaduría de Sara García Uriburu y que fue declarada interés cultural por el gobierno provincial de Mendoza.

Uno de los referentes actuales de la plástica nacional presenta acrílicos y acuarelas realizados entre los años 2006 y 2009 que reflejan la riqueza de coloridos y diversidad de biomas, puna, altas montañas, valles fértiles, quebradas y sierras de estas regiones del país.

«Cielos-Cerros-Caminos» inaugura el 18 a las 12.30 en el Killka-Espacio Salentein que queda dentro de una finca bodeguera que promueve a los artistas del país con varias muestras simultáneas.

La exposición podrá visitarse de martes a domingo de 10 a 18 hasta el 31 de agosto en ruta 89 S/N, Finca La Pampa en Los Árboles, Tunuyán, provincia de Mendoza.

Asaltaron y golpearon al pintor mendocino Carlos Alonso

El reconocido pintor mendocino Carlos Alonso (82) fue asaltado en su casa de la ciudad cordobesa de Unquillo por varios delincuentes que lo golpearon y le robaron cuadros de su colección privada de otros autores que se llevaron en su propio automóvil, informaron hoy fuentes policiales.

Los investigadores creen que el robo no fue al voleo sino que fue «a pedido», ya que los asaltantes tenían aparentemente una lista con los cuadros que querían robar.

El episodio que se conoció hoy ocurrió el martes por la noche, cuando Alonso se encontraba en su casa de la ciudad de Unquillo junto a su esposa, su hijo y otra persona más, quienes fueron sorprendidos por entre cinco y seis delincuentes.

Alonso, que nació en Tunuyán, vive en esa población del Gran Córdoba en las sierras chicas desde hace unos 20 años.

Según las fuentes policiales, los delincuentes sorprendieron al hijo del artista plástico cuando salía de la casa, lo amenazaron con armas y lo obligaron a ingresar.

Según precisaron fuentes de la investigación, los asaltantes tenían conocimiento sobre las obras que se guardaban en la casa y en un papel tenían anotados cuáles se llevarían.

Los delincuentes se llevaron nueve obras de distintos autores, entre ellos de Gómez Cornet, Spilimbergo y Antonio Berni, dijeron las fuentes policiales.

Los asaltantes golpearon a Alonso y cargaron el botín en el Peugeot 307 y en otra camioneta en la que se movilizaban los delincuentes, en la cual también se llevaron algunos objetos de valor, una escultura de bronce y dinero.

El auto robado al pintor fue luego abandonado en el barrio Villa Adela de esta capital.

http://www.losandes.com.ar/notas/2011/6/9/asaltaron-golpearon-pintor-mendocino-carlos-alonso-573414.asp

Carlos Alonso, el mago frente al Tupungato

Nadie sabe por qué diablos Tupungato se llama así. Y al menos existen tres versiones sobre este asunto.

Vicente Fidel López, el hijo del autor del himno nacional, estudió los orígenes de esta denominación, acaso en sus días de exilio en Chile escapando del tirano Juan Manuel. Y entonces concluyó que Tupungato era más bien una deformación de “Putun-catú”, lo que en lengua aborigen remite a “la punta del techo”.

El polifacético ingeniero, intelectual, militar, escritor, artista, explorador y político mendocino, y quien tuviera destacado rol en la Conquista del Desierto, y que además legara una producción de veinticuatro libros, no otro que Manuel Olascoaga, afirma en el texto “Topografía andina” que, en su criterio, Tupungato refiere, en lengua de los naturales, a “lo que espanta o rechaza”. Por último, una tercera versión, esta salida de Barrera Oro, sostiene que Tupungato es un vocablo que significa “mirador de estrellas”, cuya voz sería “Temongacu”.

Para cualquiera de estos tres antecedentes las versiones bien se adaptan para destacar la inminente exposición del maestro Carlos Alonso, en el museo Killka, justamente allí donde el cerro Tupungato, por momentos, pareciera re-significarse mediante las obras de arte que exhibe día a día y mes a mes. La muestra de Alonso –conste que se trata de un hijo dilecto del Valle de Uco– pareciera también dibujar una curiosa elipsis en la trayectoria del artista. Es que desde su título, “Cielos-Cerros-Caminos”, la exhibición oscila entre aquel paisaje vivido en su tierna infancia, la presencia imponente del Tupungato, y el que también lo espera, hoy, cuando su obra ha sido consagrada y ya cumple décadas de incesante producción artística. El maestro, a los 82 años, contagia vitalidad, talento y pasión.

Vale servirse de un pequeño diálogo protagonizado por el escritor Fernando Lorenzo y un periodista, para referirse a lo que significa que Mendoza vuelva a presentar una muestra de Carlos Alonso. “¿Qué ha querido decir con su novela, ‘Sucesos en la tierra?’”. A lo que el escritor respondió: “He querido decir muchas cosas: que la Tierra gira alrededor del sol, que la sangre circula, que el mundo es redondo y achatado en  ambos polos. Verdades que al parecer es necesario seguir repitiendo”.

La hermandad entre Carlos Alonso y Fernando Lorenzo se adapta y hasta uno imagina que esa vieja respuesta podría ser hoy la misma en boca del artista, a la hora de explicar esta exposición que traerá ante nuestros ojos paisajes del Noroeste argentino, otros de Unquillo (la residencia cordobesa y el lugar en el mundo de Alonso) y naturalmente de Mendoza.

Se trata de un verdadero acontecimiento cultural, una fiesta para los amantes de las cosas bellas y sencillas, y por eso mismo perturbadoras. Para celebrar y anticipar este anuncio de Killka, el museo privado de mayor envergadura de Mendoza, recordamos un viejo comentario escrito por el fratello Fernando Lorenzo, en 1968, sobre Carlos Alonso, en ocasión de otra muestra, acaso una épica: “dibujar” una de las obras cumbres de la literatura italiana, la inigualable Divina Commedia. Decía Fernando sobre un vigoroso Carlos Alonso de entonces: “Si por un resquicio de estas ilustraciones se filtra la luz, no la pictórica sino la esperanzada del mejoramiento humano, lo sabe solo Alonso. Lo cierto es que, como hombre, como mago, como creador, sigue combatiendo a los demonios desde un iluminado taller lleno de ventanales donde sus amigos se asoman a mirar Buenos Aires florando en el universo…”.

Cámbiese Buenos Aires por Unquillo y, de verdad, todo se mantiene más o menos inalterable, más o menos, siempre fiel al ojo de mago de ese maestro llamado Carlos Alonso.

http://www.jornadaonline.com/Contratapas/1652

La obra de Carlos Alonso llega a Killka

La última exposición del mendocino, y uno de los mayores artistas del país, en la provincia fue en 2005 con la serie “Hay que comer”.

En esta entrevista telefónica, el enorme artista que es Carlos Alonso responde sin ocultar nada, mostrando con toda humildad sus logros y sus llagas.

A través de ellos se ve al hombre de bien, fiel a su ideario social y político, y desde su arte se aprecia cómo un gran artista puede convertir una dolorosa realidad en belleza deslumbrante. Belleza dramática, trágica y, desde luego, conmovedora.

Como todos los genios, es totalmente consciente de lo que hace y argumenta que no es pintor-pintor, sino que siempre se remite a representar la realidad que le tocó vivir.

Tragedia nacional y personal

-Después de un largo período de silencio -dice-, después del proceso militar, intenté reflejar, muchas veces sin éxito, lo que significó para mí la experiencia tan dolorosa de la última dictadura y el efecto del genocidio en el cuerpo social y en mi propia vida. Fueron diez años de intentos, muchas veces fallidos, porque la materia, para quien ha sido víctima, es muy difícil de manejar. Incluso hay una especie de resistencia personal a convertir en arte algo que pertenece a otra índole.

Y agrega: «No hay nada que pueda reparar ciertas pérdidas, sino apenas, a veces, la justicia, cuando viene. De todas maneras, como fundamentalmente soy pintor y la pintura ha sido la única forma de sustento y de defensa de mi estructura como persona, no tenía otra forma de solucionar esa lucha interna más que a través de mi trabajo».

“Después de diez años de intentarlo, pude componer una serie de dibujos que llamé ‘Manos anónimas’. Fueron una forma de sanación y de reflexionar sobre la tragedia nacional y la tragedia personal. Esa tragedia marcó para siempre a nuestra sociedad e incluso torció nuestro destino como seres civilizados. La comprobación de tal magnitud de violencia, de crueldad y de asesinato organizado, ponía en duda todas las relaciones que uno podía tener con la civilización», cuenta Alonso.

Y continúa: «Pude lograrlo y quedó esa serie de 45 dibujos que, por fortuna, conseguí que salieran del cajón donde pasaron unos cuantos años, y terminaron formando parte de un museo que, en el fondo, es la aspiración de todo artista: incorporar al bien común y al patrimonio cultural lo que uno hace. El día que fui a la inauguración de esa sala y vi los 45 dibujos colgados en el Palacio Ferreira, en Córdoba, tuve la sensación de que, aunque fuera en parte, en pequeña medida, había cumplido con una deuda que tenía con mi hija y con lo que había pasado en la dictadura».

Volver al principio

-A partir de ese momento -dice con naturalidad y quien escucha trata de esconder la propia emoción-, es como que me liberé interiormente. Y me dije: bueno, hice lo que pude y ahí está. Ahora sirve para que la juventud pueda, también, no sólo leerlo en el periódico o en la historia o verlo en películas, sino sentirlo desde la pintura, desde el arte. Eso me dio una especie de nueva libertad, que me permitió volver a la pintura de una manera mucho más llana, despojada de todo mensaje, de todo contenido ideológico, de toda connotación política. Por eso, volví un poco a mi principio. Es como si hubiera empezado pintando, de muchacho, los paisajes de Mendoza y ahora he vuelto a eso, a esa pintura que intenta, sencillamente, reflejar un instante y dar lo que me queda por dar como pintor.

-¿Eso es lo que vas a mostrar en Killka?

-Sí. Es una serie de 28 cuadros que pinté del 2006 al 2009.

-La última serie que te vimos en Mendoza fue ‘Hay que comer’, pintada ya en 1968. ¿Qué la motivó, ya había tanta violencia en la Argentina?

-Los primeros dibujos sobre el hambre, los pinté cuando tenía veinte años, estudiando con Spilimbergo. Cuando terminó esa experiencia, me fui a vivir a Santiago del Estero y allí nació la serie de estos chicos famélicos, esta tragedia de marginación y, sobre todo, yo ya lo tenía como toque genético. A mí me interesaba que mi trabajo tuviera una referencia de la realidad que me tocaba vivir. Nunca fui, cómo decirte, un pintor-pintor. Siempre fui un pintor muy mezclado con mis ideales, con lo que sentía que era un deber: que ese lenguaje que constituye mi quehacer, sirviera al bien común. O sea que, aparte de ser algo intrínseco de mi naturaleza, tuve la claridad (en ese sentido, una de las pocas que he tenido), de ver que eso era lo que me correspondía hacer, porque eso era yo como artista.

Retratos del alma

Sus retratos no sólo muestran la excelencia en lo técnico sino su enorme talento para captar psicologías y aun hacerle decir algo más al personaje.

-Cuando estudiabas en la Academia de Bellas Artes, sé que hacías retratos de tus profesores y compañeros. ¿Eran ensayos estilísticos, alguna vez te inclinaste por lo caricaturesco?

-No, por lo caricaturesco no, pero siempre estuvo presente el humor. Siempre fue un elemento que integró mi trabajo. Siempre pensé que un sesgo de humor era importante para quitar solemnidad y darle, todavía más, una verdad más amplia, que incluyera también esa característica, aun cuando fuera humor negro.

-Ingres decía que el dibujo es la probidad del arte y hubo una época, al menos en la Argentina, en que se lo desdeñaba. ¿Es real esa competencia entre dibujo y pintura?

-Cuando hice la primera exposición en Buenos Aires, prácticamente, no había muestras de dibujo. Se lo consideraba como una etapa de la pintura, un momento preparatorio para el cuadro definitivo. Había pocos pintores grandes, como Gómez Cornet o Spilimbergo, que exponían dibujo como principio y fin de una obra, no como algo que conducía a la pintura. Ese modelo me sirvió porque, además, yo sentía el dibujo como algo esencial de mis condiciones para abordar la plástica. El retrato fue y sigue siendo una temática a la que vuelvo permanentemente.

-Todos los grandes museos del mundo están llenos de excelente retratos. Para vos ¿el retrato es, a la vez, un homenaje y un testimonio?

-No, en los retratos no pensé en homenajes, más bien quise, a veces, mostrar ciertos modelos, como cuando pinté a Renoir. No era un homenaje sino, más bien, traer a la memoria, traer a nuestro tiempo la idea de que, aun con las manos tomadas por la artritis y con los pinceles atados a ellas, se podía pintar. También, el caso de Spilimbergo.

El matadero y el malón

Lo llevo indirectamente, de nuevo, al tema de la violencia.

-Dice José Pablo Feinmann que la violencia en la Argentina, para no ir más lejos, comenzó con la muerte de Liniers y terminó con las Madres de Plaza de Mayo, que pidieron justicia y no venganza. ¿Estás de acuerdo?

-Para mí, la violencia, personalmente, comenzó cuando ilustré ‘El matadero’. Pude constatar en esa lectura, ilustrándola, que a veces se pasa de ser un oficio que empieza en la vaca, a algo que abarca toda la sociedad. A veces, un comportamiento y una frecuentación de la sangre hace que sea una realidad un tanto indiferente. Y que no se distinga bien, dónde empieza una cosa y dónde termina otra. Seguí con ‘La guerra del malón’, que fue otro genocidio, donde la violencia seguía siendo ejercida, también por el poder, hacia algún sector de la sociedad más débil o incapaz de poder defenderse.

-¿Lo último que estás haciendo, entonces, son los paisajes?

-Sí, y sigo. Ayer estaba leyendo en el catálogo de Diego Arrascaeta, que es uno de los pintores jóvenes más interesantes que ha salido de Córdoba, lo que dice Carlos Gorriarena: “Hay artistas que celebran la vida, como Henry Matisse y hay otros que no tienen nada que celebrar, como Edvard Munch”. Yo estoy, ahora, tratando de celebrar la vida, después de no haber tenido mucho que celebrar en todo ese período del que te hablaba antes.Andrés Cáceres – Especial para Estilo.

http://www.losandes.com.ar/notas/2011/6/7/obra-carlos-alonso-llega-killka-572848.asp

Agenda de muestras y expos

Agenda de muestras y exposFauna Exótica. Exposición de pinturas, grabados, esculturas, fotografías e ilustraciones de Analía Barrionuevo y Adrián Chaparro. En el Centro Cultural de la Radio Nacional (Emilio Civit 469). Hasta hoy.

Luján de otoño. Exposición de las obras de destacados artistas mendocinos. En el Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú (San Martín 3651, Mayor Drummond, Luján de Cuyo). Hasta mañana.

Viviana Herrera. La artista expone sus obras de esculturas. En el hotel Intercontinental (Bulevar Pérez Cuesta, Villa Nueva, Guaymallén). Hasta el 24 de mayo.

Verificaos. La artista Andrea Bécares Hinrichsen expone su nueva obra. En la Alianza Francesa de Mendoza (Chile 1754). Hasta el 26 de mayo.

Estaciones. La artista Kate Kirby expone sus pinturas. En la Bolsa de Comercio de San Rafael (Pellegrini 120). De lunes a viernes, de 8 a 13 y 17 a 20. Hasta el 27 de mayo.

La misma pasión. Nueva muestra de las artistas plásticas Elma Bertona y Gilda Miralles. En Bodega Los Toneles (Bandera de Los Andes 1393, Guaymallén). Informes: 431-0403. Hasta el 28 de mayo.

Federico Wainstein. Expone sus pinturas al óleo. En la confitería del ACA (San Martín 973). Hasta el 29 de mayo.

Encuentro, Versiones vino. Los artistas Germán Álvarez, Lucía Coria, Pablo Zel, Marcelo Stella, Francisco Ungaro y Alicia Disario. Obras con sus visiones del vino, su mundo y sus símbolos. En el Espacio Killka de la bodega Salentein (89 s/n Los Árboles, Tunuyán). Hasta el 31 de mayo.

Arte geométrico. Arte contemporáneo de Mario Farías, Miguel Gandolfo y Sebastián Barrera. En el MMAM (Plaza Independencia).

Jóvenes artistas de Guaymallén. Esculturas y Pinturas de:  Acelí Quesada; Silvia Zalazar, Claudia Peralta, Fernando Rosas, Laura Valdivieso, Federico Arcidiácono, Tachuela, Miguel Gandolfo, Omara Serú, Ramiro Quesada, Julio Melto, Alejandro Iglesias, Cristian Schobinger, Ofelia Santos, Carlos Escoriza. En Salas de Arte Libertad (Libertad 466, Villa Nueva, Guaymallén). Hasta el 31 de mayo.

Victtoria Cervi. La reconocida artista expone sus obras en la Fundación COIR (Montecaseros 1020). Visitas de lunes a viernes de 9 a 20. Hasta el 16 de junio.

Sólo apariencias. Exposición de los grabados de Ely Jofré. En el Espacio Modigliani (Alem 41). Hasta el 9 de junio.

Sobre algunos realismos. Fotografías de: Mauricio Waisman, Silvana Valdivia, Rodrigo Etem, María José Rodríguez, Juampi Ávila y Cristian Martínez. En el Espacio de Arte de la UTN (Rodríguez 273). Visitas lunes a sábado de 9 a 21. Hasta el 1 de julio.

Así se cayó, así quedó y así se levantó: a 150 años del terremoto de 1861. Muestra de imágenes de la ciudad en ruinas y elementos arqueológicos recuperados en el área fundacional. El Museo del Área Fundacional (plaza Pedro del Castillo).  Hasta el 30 de agosto.

Caminos de Libertad. Exposición de las pinturas del artista peruano Eduardo Gómez Bedoya. En la Biblioteca Pública  San Martín (Remedios de Escalada 1843).

Titina Contardi y Daniela López. Las artistas exponen sus pinturas. En La Casa del Contratista (Almirante Brown 1761, Chacras de Coria, Luján de Cuyo).

http://www.losandes.com.ar/notas/2011/5/21/agenda-muestras-expos-569329.asp